Carcassonne,la lucha contra la herejía cátara... francia...26-08-2013...

Por Mtrinidad @mtvotrinidad
MI VIDA Y MI HISTORIA
Vistas de la Ciudad de  Carcassonne, desde un área de descanso, unas inmejorables panorámicas de esta ciudad, vale la pena pararse un ratito.
Se trata de una ciudad amurallada (con doble muralla de unos 3 km de contorno) salpicada de 52 Torres, en su interior encontramos montones de tiendas, restaurantes y callejuelas para pasear.





Carcassonne es algo más que una ciudad, es parte viva e integrante de la historia, no solo de Occitania, sino también de Catalunya.Fue a principios del siglo IX, cuando Carlomagno, a través de su hijo, el Rey de Aquitania, Ludovico Pío,  conquistó Barcelona y Tarragona, expulsando a los árabes, instalando allí un “conde” vasallo suyo, hermano del conde de Carcassonne. En aquella época los condes no eran más que funcionarios, puestos y depuestos por el monarca a su libre decisión.Dama Carcás, heroína de leyenda local
Tras la muerte de Carlomagno y la división del reino entre sus hijos, como era costumbre en la dinastía carolingia, los condados francos, principalmente los del sur, devinieron, prácticamente, pequeños reinos y sus condes, iniciaron la instauración dinástica en sus territorios.
Eso sucedió también en Carcassonne y Barcelona, donde se instauraron los Trencavel y el conde Jofre I, (Jofre el pilós), respectivamente.
En medio de este constante tira y afloja por la soberanía sobre Carcassonne, entre los condes de Toulouse y Barcelona, llegó la “Cruzada Albigense” que conseguiría, en un principio, unirlos a los tres.Tras la muerte, a manos de los cruzados, del último Trencavel, fue nombrado Conde de Carcassonne, el vencedor, Simó de Monfort y, tras la muerte de éste en el sitio de Tolosa, la titularidad de Carcassonne,  pasó a ser de su hijo Amaury.
Cuando las cosas se pusieron mal para Amaury, a mediados ya del siglo XIII, por la recuperación de tierras que estaba realizando el Conde de Toulouse, aquel renunció al condado de Carcassonne, en favor del Rey de Francia.
Cuando el Rey de Francia recuperó finalmente todas las tierras de Toulouse, Carcassonne y Occitania en general, llegó la firma del Tratado de Corbeil, entre Jaime I de Catalunya y Aragón y Luís IX de Francia, por el cual el monarca catalán renunciaba a toda pretensión sobre los condados occitanos y, a cambio, el monarca francés renunciaba a cualquier derecho sobre Catalunya, delimitándose de esta forma la primera frontera entre Francia y Catalunya, que no sería modificada hasta la firma del Tratado de los Pirineos, en 1659, al finalizar la guerra de los “Treinta años”.
Así las cosas, Carcassonne se integraba definitivamente en la corona francesa. Una vez establecida la paz en el sur, las murallas de la “cité” perdieron parte de su importancia y solo el castillo servía, de vez en cuando, de residencia real.
Y, finalmente, una vez firmado el Tratado de los Pirineos, en el s. XVII, perdería definitivamente su posición estratégica, debido al retroceso de la frontera española, y la ciudad fue, prácticamente abandonada, asentándose la gente en la parte de abajo, más cerca del río.
La Cité de Carcassonne te transporta a otra época.Es una fortaleza del siglo XII, erigida por los señores de Trencavel, vizcondes de Carcasona sobre la antigua edificación romana. Los Trencavel eran una poderosa familia asentada en el sur de Francia, vinculada a los condes de Toulouse, y que perdieron su dominio sobre Carcasona en el curso de las luchas contra la herejía cátara. Es una bella edificación; un fuerte en medio de la ciudadela, cuya fachada exterior da a la orilla del río Aude y domina la ciudad nueva, la Bastida.













En la Cité hay rincones evocadores que nos hablan de otros tiempos...























Vistas desde el hotel...