Artista: Cardiacs
Álbum: On Land and in the Sea
Año: 1989
Género: RIO/Avant-Prog
Duración: 47:21
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Reino Unido
Es muy difícil hacerle justicia al nivel teórico y creativo de este álbum con un par de palabras. La cantidad de cosas extrañas que suceden en el transcurso del disco es descabellada. El grupo arrasa con muchos de los postulados generales para hacer música rock -como el tempo regular o tonalidades mayores/menores- para que lo que quede sea una barbarie hipervanguardista, como de constante reclamo, pero reclamo a todo; lo único que es correcto es su sonido. En letra y armonía hay una ironía inteligentísima que tiene que ver con el orden de las cosas, y aquí es donde entra el arte a hacer magia (sí que existe dentro de la creación musical): este álbum no deja un segundo de ser pegadizo, no hay intenciones de pausar. Todo es increíblemente complejo pero disfrutable, los instrumentos brillan por doquier en todos sus volúmenes (la fuerza guitarril que consigue Tim Smith es algo que la ciencia no podría explicar) y lo que en teoría es imposible de escuchar puede ser escuchado. Incluso los riffs que parece que serán normales, luego se deforman de alguna manera.
Es una tarea compleja e intrincada hacer de sonoridades aparatosas una conjunción estructurada y armoniosa, y más si vas a desafiar decenas de reglas de la música, pero estos muchachos parecen no temerle a nada. La categoría es, en la jerga argentina, aquello que hace parecer fácil lo difícil, y los músicos de Cardiacs salen airosos del 100% de esas decisiones riesgosas. Es realmente impresionante que el álbum no decaiga un solo momento teniendo en cuenta que siguen con vehemencia la fórmula retorcida del vanguardismo desmedido; aquel ámbito en el que tantas bandas fracasan por no gozar de la jerarquía necesaria para que estos proyectos -que en la teoría suenan tan lindos y prometedores- no se les desvencijen por completo. Muchos coincidirán conmigo en que, por su rarísimo armazón, es un grupo que se ama o se detesta. Esos malabarismos que intentan constantemente podrían también considerarse como una sucesión de revoleos obstinados, métodos que pretenden separar a cada canción en varias partes y fallan. Y creo que este es el momento clave de la recepción del disco: estos elementos estructurales son los que reciben la emotividad del espectador. Y, como recién dije, o te fascinan o te repugnan. Hay una construcción consciente y racional del vigor instrumental que me resulta maravillosa y que fue muy importante para la época, pues no olvidar que este álbum se lanza a fines de la década de 1980 (y que, fuera de opiniones personales, compite por ser el álbum de pop más complejo del año).
Cada track puede pensarse como un superpop Lennon-McCartneyano de muchas canciones en una, por lo que si hay alguna dificultad que se le pueda reclamar al grupo, es el sostenimiento de las canciones más largas, fuera de esta máquina de armado a la que le queda tan bien el vaudeville de 3 o 4 minutos para adjuntar las múltiples ideas que quieren llevarse a cabo. Encaje o no con los gustos del oyente, es innegable que Cardiacs ha venido a revolucionar el punk-pop, y lo han hecho dentro de los límites del rock progresivo. A lo que es mi criterio, es una de las obras maestras más extraordinarias de los 80s y de todo el avant-progresivo. Ciertamente, un álbum al que nunca podría estar de más darle una oportunidad.
Lista de Temas:
1. Two Bites of Cherry (3:40)
2. Baby Heart Dirt (3:33)
3. The Leader of the Starry Skys (3:52)
4. I Hold My Love in My Arms (1:11)
5. The Duck and Roger the Horse (3:56)
6. Arnald (2:49)
7. Horse Head (1:21)
8. Fast Robert (4:00)
9. Mare's Nest (4:16)
10. The Stench of Honey (3:33)
11. Buds and Spawn (6:46)
12. The Safety Bowl (1:45)
13. The Everso Closely Guarded Line (8:23)
Alineación:
- Tim Smith / guitar, lead vocals, producer
- William D. Drake / keyboards, vocals
- Sarah Smith / saxophone, vocals
- Jim Smith / bass, vocals
- Dominic Luckman / drums
- Tim Quy / percussion, keyboards