El estilo es entrecortado, seco, vibrante, forense, enunciativo, periodístico. Se mezclan narración, informe, diálogo, pensamientos. No es confuso porque lo que viene es previamente anunciado. Confuso no, pero sí distinto y difícil. Es una novela violenta, muy detallista y onírica, con un tratamiento fuerte de lo sexual.
En la página 100 ya me he hecho cargo bien del escritor y, no mediando especial interés por saber quien había matado a Luis Dantas, someto a una saludable diagonal a las páginas restantes.