Si bien se reconoce que en México, como en el resto del mundo, las empresas familiares son un gran generador de riqueza, empleo e innovación, sin embargo, para prosperar, enfrentan grandes retos y alta mortalidad. La mayoría nace con el fin de generar trabajos y patrimonio, pero necesitan fortalecerse para sobrevivir, señaló el socio a Cargo de la Práctica de Sostenibilidad, Gestión de Riesgos y Gobierno Corporativo de KPMG en México, Jesús González.
Para crecer madurar y permanecer, las organizaciones familiares, deben considerar la estructura de la empresa y un proceso de sucesión y ser muy cuidadosos en el proceso de contratación identificando quienes pasarán a la siguiente generación y asegurar que tengan la formación, y las habilidades para el trabajo. Si la persona no es lo suficientemente competente podrá debilitar a la organización.
El documento revela que en México sólo el 13 por ciento de las empresas familiares tiene considerado un proceso de sucesión y 56 por ciento contrata hasta cuatro familiares en la empresa.
El experto en Gobierno Corporativo, señala que hay que ser muy cuidadosos en este aspecto, que puede desbalancear el equilibrio entre el negocio y la familia. La experiencia de KPMG sugiere que quienes se integran y reciben un salario deben tener las habilidades necesarias para ganarse ese derecho, y en el futuro de hacerse cargo de los puestos directivos.
Al respecto, 94 por ciento de los encuestados admite que incorporar familiares es complicado y hasta muy difícil, porque la contratación se suele hacer sobre bases emocionales y no estratégicas.
La investigación reveló que el 55 por ciento no está consciente o preparado y no cuenta con un plan de sucesión, mientras que 32 por ciento admite medidas parciales.
Asimismo, del 13 por ciento de las empresas que tiene un plan de sucesión, sólo 20 por ciento acepta que tiene claridad sobre el procedimiento. En cambio, 80 por ciento admite escenarios parciales o poco claros, lo que sugiere un conflicto inevitable.
Una de las principales conclusiones del estudio es que cuando las empresas nacen de manera poco planeada, la mortalidad es muy elevada.
En muchos casos, la falta de capital o conocimientos, así como los tropiezos al iniciar un negocio, hacen que los dueños se sientan abrumados, por lo que abandonan la idea, y en otras ocasiones, las frenan cuestiones relativas a la administración como una organización poco clara para tomar decisiones sobre las compras, los empleados y el dinero; la falta de una buena gestión de costos y políticas y lineamientos sobre lo que dueños y familiares pueden hacer o deben evitar, subrayó el ejecutivo.
La importancia del Gobierno Corporativo en una empresa familiar es que busca construir la visión, misión, valores y estrategias del negocio, incluyendo sus niveles de sostenibilidad y sus prácticas éticas, así como de control, estableciendo reglas mínimas de orden, procesos y control, donde se describan las funciones de cada quién, y se tomen medidas para evitar sorpresas, conflictos de interés y pérdidas innecesarias.
El documento refleja que sólo 12 por ciento tiene establecido un manual de Gobierno Corporativo y concluye que la elevada mortalidad de las empresas familiares se explica casi siempre por la falta de un plan de negocios, una estructura de control eficiente y flexible, y trabajadores o directivos alineados con la estrategia, lo cual se evidencia al observar que sólo 13 por ciento de las empresas tiene un plan de sucesión delineado, lo que representa una grave amenaza porque el destino del negocio está ligado a la permanencia del fundador y sugiere que no hay planes para formar o ir promoviendo a futuros directores.
Fuente http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n3190315.htm