Carga eléctrica con bebidas frías o calientes

Publicado el 10 febrero 2013 por Barzana @UMUbarzana

El dispositivo, llamado Epiphany One Puck, tiene dos caras que aprovechan la temperatura de lo que depositemos encima. Una parte azul, donde pondríamos las bebidas frías y por el otro lado el rojo, donde depositaríamos las bebidas calientes. El funcionamiento del Epiphany One es mediante un principio que no es nuevo, si no que data de 1800. Mediante el principio en el que se basa el motor Stirling  este práctico cargador aprovechará el calor o el frío para cargar nuestros gadgets.

Evidentemente gracias a las ventajas de la tecnología y electrónica actual es posible aprovechar el principio de contracción / expansión de Stirling y hacer que este cargador no necesite ningún tipo de alimentación externa. Tan sólo una buena bebida fría o caliente. Evidentemente para que funcione realmente bien se necesita que la bebida que pongamos se encuentre entre los dos extremos, o caliente como un te recién salido del fuego o una cerveza helada.

Página del proyecto en Kickstarter

Fuente: a del mar,
tanto da mientras sea ventana,ojo que ve
mientras la vida estalla postigos adentroen ese útero contiguo a tantos otros,
al del pájaro de la infancia el lechovacío o bien colmado la cocina con su eterna fragancia de café recién hecho,
todo el aliento de la vida cabe en lospulmones de quien ahí dentro se afana se consume
llora o ríe entre la escasa, la anchurosa compañía de sus libros
-los que han llegado a ser suyos-
y la pobre compañía de sí mismo, náufragoo fugado sin billete y sin destino que, no obstante,
tanto sabe de trenes a deshora,de estaciones desangeladas,
esto es,sin rastro de los ángeles que otrora laspoblaron,
y así, sin más equipaje que un poemay la soledad teñida por la humedad de lanoche
-el relente de un rosario de noches-
pero con el impulso intacto del insomnio y la promesa dela luz
que, más tarde, tenue o ardorosa, entrará por su ventana perennementeabierta,
emprende el mismo rumbo cada madrugada,    vuelve, como es costumbre, su corazón itinerante a revolver,con áureas alas,
el polvo ajado, roto,    pero aún vivo,vivo, vivo,
   delcamino que traza la vidadel camino que traza la pluma en su
viaje de confines imprevistos.
X
Saciadoen el hambre de una historia,unapalabra,unlugar,
saciadoen el cénit de su soledad, su intemperie, azotadopor el gozo de la arena que baila en pos del viento,   el viajeromedita satisfecho, sí.Pero,   ¿Y la sed?
XV
Saboreadala lluvia, aspirado su olor a tierra, podemos volver a soñar palabras.
Las palabras sonmonedas de oro que salen de la boca en la clarividencia del sueño.
Vomitamospalabras porque nos hacen ricos: las palabras urden cuentos,
los cuentos nosllevan en volandas, plenos de riqueza yde felicidad, al umbralexquisito y profuso
de la muerte.
Somos los mercaderesmás afamados, nuestras delicadas telas las más preciadas en todo el Oriente.
Cuando lleguemosa Ispahán, se las ofreceremos todas a ella, las extenderemos con sumo esmero asus pies. Ella sonreirá, asentirá y observará sorprendida:   “¡ omicrono