La factura es suiza, pero como he dicho, el despliegue de naves al mínimo detalle, los ambientes cerrados y opresivos del interior de la nave principal, hacen que sea una película fácil de ver para el aficionado a la ciencia ficción.
Los actores no destacan, pero cumplen su papel. Sus personajes están rodeados de misterio, y no sabes por donde van a salir, lo que le confiere un halo de misterio, que le viene muy bien a la película. Tanto los directores de la película (Ivan Engler y Ralph Etter), así como los actores, son desconocidos en nuestro país.
En definitiva una película, a la que quizá le sobre alguna escena, que le confiere algo de lentitud, pero que se deja ver muy bien, sobre todo si eres fan de la ciencia ficción.