Quién me iba a decir a mi que iba a volver a tomar Cariban y, además, sin estar embarazada.
Es que sigo con revuelto de estómago y naúseas. Es una sensación muy desagradable, desazonadora, molestísima, que me deja baldada. Así que esta tarde he llamado al ginecólogo para ver qué podía hacer porque, para colmo de males, no puedo tomar Primperan, que siempre es la primera opción en estos casos. Me ha mandado que comprara Zofran, que es el medicamento que me estuvieron poniendo en la clínica por vía intravenosa.
Con esas he ido a la farmacia, no muy convencida, porque el medicamento poco me hizo, ni siquiera impidió que vomitara sin parar los dos primeros días. Al llegar allí he decidido que no lo compraba porque sin receta eran más de 50 euros una caja creo recordar que de 15 cápsulas. Así que se ha venido a casa conmigo una cajita de mi querido Cariban.
Lo tomé hasta la semana 13 (inclusive) del embarazo de mi bebito y me fue bastante bien. Yo nunca llegué a devolver, apenas he devuelto unas pocas veces en toda mi vida, pero a cambio tenía náuseas y molestias de estómago durante todo el santo día. Y con este medicamento lo llevé más o menos bien.
No sé si será el efecto placebo o no, pero a las 18h me he tomado dos pastillas y a la media hora me sentía mejor. No es que esté estupendamente, pero he notado bastante alivio.
Por lo demás, la herida me duele lo que me tiene que doler, no más. Si no fuera por este malestar de estómago, estaría muchísimo mejor.
Paciencia, ¿no?. Y esperar que San Cariban funcione.