CARICIAS AÑORADASPreciosos ojos rasgados
colmados de tierno fulgor,
tus cabellos plateados,
enroscados con amor.
Serán tus manos jazmín,
las que acarician mi alma,
por siempre flor de carmín,
Rosa sin espina en calma.
Voz cantarina, suave nana,
que arrulla mi frágil sueño,
cualquier duda vuelves vana
si de tu sabia me adueño.
Tu presencia me serena,
y tu historia me embelesa.
Y sin embargo deciros...
Nada es cierto. Es una pena.
Infinito amor extinguido,
un vivo recuerdo no serás,
muerto deseo duerme en olvido,
tampoco el abuelo fue real
Ni los tres cual abrazo cálido
nos fundiremos jamás.
Tú, aquella mi tierna abuela
que mi alma siempre anhela,
más nunca tuve de veras,
esa es la triste verdad.
©Samarcanda Cuentos-Ángeles.