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Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, por celebrarse el domingo 5 de diciembre, Cáritas Argentina destacó...
“la incansable labor” de los voluntarios de esa organización caritativa de la Iglesia para procurar “favorecer el desarrollo integral de las personas y la inclusión de las comunidades más pobres del país.
Esta vez el saludo no incluyó palabras del presidente de la entidad, monseñor Fernando Bargalló, obispo de Merlo-Moreno, sino el testimonio de quienes, pese a perder todo, prestaron prestó asistencia a los damnificados por el tornado que afectó a la localidad de Pozo del Tigre, provincia de Formosa.
El testimonio
“Cuando el tornado nos sorprendió tuve mucho miedo. Pensé en mi papá, en mis hermanas y en todas las familias que al igual que la mía, vimos destruida nuestra casa. Inmediatamente me propuse ayudar y me acerqué a la parroquia”, describe Agostina Guardiola de 16 años, quien compartió su experiencia de trabajo como voluntaria en la organización de la ayuda a quienes más lo necesitan.
“No estábamos preparados para una tragedia de esta magnitud y apenas ocurrió el tornado todo el pueblo tenía necesidades. Por eso, convocamos a todas las personas de buena voluntad que tenían la posibilidad de dar una mano”, explica María del Carmen Solares (Nené), directora de Cáritas parroquial Sagrado Corazón de Jesús de Pozo del Tigre. “Gracias a Dios un grupo de jóvenes y adultos nos acercamos para colaborar en lo que hiciera falta y una de las primeras tareas fue ayudar a las personas a salir debajo de los escombros y llevarlos al hospital para que los atendieran porque estaban muy lastimados. También, comenzamos a juntar y organizar ropa seca, porque la gente estaba toda mojada y no tenían nada que ponerse”, explica Agostina.
Las dos primeras noches algunas familias estuvimos evacuadas en el salón de Cáritas parroquial Sagrado Corazón de Jesús. A pesar de todo, cada día me levanto sin problemas, con el corazón en la mano y con ganas de entregarlo”, afirma Agostina. Por su parte, Nené, quien también trabaja como agente sanitario en el hospital del pueblo desde hace 25 años, dice que “ser voluntaria nace del corazón. Yo no podría quedarme tranquila en mi casa sabiendo que tengo la posibilidad de hacer algo por alguien que está sufriendo”.
“Las tareas fueron muchas y los recursos humanos con los que contábamos pocos. Frente a esta realidad, integrantes de Cáritas diocesana Formosa, el Pbro. Marcelo Hernández y una gran cantidad de jóvenes voluntarios de las Cáritas de los pueblos vecinos de Ibarreta, Las Lomitas y Fontana, se pusieron al servicio, en solidaridad con los hermanos formoseños”, describe Graciela Godina, integrante del Equipo de Emergencia de Cáritas.
“Las familias que perdieron todo necesitan mucha contención emocional y en cada encuentro con la gente, desde Cáritas, ofrecemos nuestra escucha atenta, nuestra cercanía y afecto. También procuramos la formación de los voluntarios sobre el tema emergencia climática, para garantizar que quede un capacidad instalada en la comunidad”, agrega.
“Hemos aprendido mucho de esta experiencia y de la generosidad y gran aporte del Equipo de Emergencia de Cáritas. Con el pasar de los días, resolvimos los obstáculos que se presentaban y ofrecimos mejores respuestas”, dice Nené quien destaca especialmente el trabajo de los jóvenes: “un día, a pesar del cansancio, cantaban mientras trabajábamos para darnos alegría y en ese instante me dije: el voluntario es un canto de amor al servicio y a la solidaridad”.
Sin embargo, la realidad de esta comunidad continúa siendo muy dura. “Aún queda mucho camino por recorrer. Por eso, todos los voluntarios continuamos trabajando, porque sabemos que después de una catástrofe viene más pobreza. La vida sigue y ahí también estaremos nosotros, junto a quien nos necesite.”, afirma María del Carmen.
“¡Anímense! – dice Agostina invitando a sumarse a quienes también tienen ganas de ser voluntarios- Porque lo que uno recibe de la gente es una alegría enorme. Son sonrisas que te confirman que por algún motivo Dios te pone en ese lugar y te invita a salir adelante”, concluye.
Desde el primer momento, Cáritas está presente en el lugar de los hechos para expresar su solidaridad, cercanía y contención y reconocer el estado de situación de la emergencia.
Asimismo, las Cáritas parroquiales geográficamente más cercanas, a las que denominamos Cáritas Solidarias, se organizan para favorecer la coordinación de actividades, de la manera más conveniente, de acuerdo a las demandas concretas.
Informes: http://www.caritas.org.ar/ .+
Fuente: aica.org