A cualquiera puede gustarle Elvis Presley, pero no todo el mundo siente que la música es lo suyo viendo un documental sobre Elvis... Después de formar parte de alguna que otra banda y pasar una temporada en Irlanda, el albaceteño Carletti Porta decidió dejar su trabajo para dedicarse a la música al 100%.
A finales de 2019 publicó
Especies de sombra, su tercer trabajo en solitario —los anteriores fueron Babyhannah´s Album en 2014 y Caballero en 2016—, y como acaba de presentarlo en Madrid y he seguido leyendo más cosas sobre él, he querido salir de dudas.-Seguramente no sea la manera más original de comenzar, pero me sorprendió leer en la nota de prensa el porqué del título Especies de sombra. ¿Literalmente te refieres a las plantas o se trata de una metáfora?-"Es un término botánico que la poesía puede emplear como metáfora. Por ahí podemos tirar del hilo de la ciencia o de la mística, lo que mejor nos venga para entender un estado temporal o emocional".
-Curiosa esa clasificación de los artistas como si fueran diferentes especies de plantas…
-"Hay músicos que son especies de luz y los hay que son de sombra. Lo interesante de estos términos reside en el desarrollo de las especies. Las hay que en la edad adulta son de luz y que para llegar a ella tuvieron que ser de sombra; habitar en la penumbra para desarrollarse con salud. Aquí están la mayoría de los artistas y las artistas que conocemos. Llevan años en la sombra hasta que salen a la luz con una carrera larga y trabajada detrás. ¿Qué les pasa a quienes son expuestos a la luz de manera temprana, sin haberse fogueado años en el sotobosque, sin haberse curtido y desarrollado sus habilidades? Pongamos de ejemplo ganadores de concursos. Se queman rápido, rápido desaparecen. Pueden incluso enfermar. A esto me refiero con esta clasificación natural.
-Sin ganar un concurso también se puede crecer muchísimo muy rápido. Ahí tenemos a Rosalía.
-"El sol parece que brilla para ella y le hace crecer más y más. Que nadie se equivoque, pocos aguantarían una semana en su piel. Cada uno tiene su lugar en el bosque. Debajo de ella hay grandes músicos a su sombra que están apoyándola y haciéndola mejor artista y ocupando su lugar esencial en la penumbra".
-¿Y cuál serías tú? ¿Alguna autóctona de La Mancha o quizás más europea?
-"Yo soy una planta del desierto. Esto no es tirarme el pegote del rock de frontera, es que gracias a alguna terapia necesaria he llegado a esta conclusión o descubrimiento, los desiertos que hay en mi que recorro entre luces y sombras".
-¿Hay un 'cambio climático' que amenace la existencia de los artistas?
-"No creo que nada amenace al arte. Estamos en continuo movimiento y esto conlleva cambios. El arte es como las plantas que aparecen en las grietas de las carreteras abandonadas, es imparable y está en todas partes, solo hay que tener preparados los sentidos. Lo que sí puede confundir al personal es cuando pasan por artistas quienes en realidad son expertos en marketing".
-¿Entonces eres Ingeniero Forestal o has ejercido como tal?
-"En realidad no soy. Estudié esta carrera, que es una ingeniería técnica, casi por casualidad y claro, he trabajado mucho en este campo. Amigos míos si son ingenieros; se lo creen, lo viven. Yo no".
-¿En qué momento decides que tu futuro está en la música?
-"Más que mi futuro, mi presente. Es cierto que hay una proyección a la larga, pero me mueve el día a día. Decidí cambiar de rumbo gracias a las malas condiciones laborales en el campo del que hemos hablado ahora mismo y también que me estaban pasando cosas muy buenas con la música. Tenía que decidir y no podía esperar más. Gracias a esta decisión he vivido momentos que, de otra manera, jamás hubieran ocurrido. Esto que dice Goethe de que cuando te decides y aparcas la duda las divinidades se conmueven y te dan todo su apoyo. Pues con las divinidades ando con alegría".
-¿Y por qué apostar por un estilo como el tuyo?
-"Porque es el único que tengo, además los folksingers o cantautores o como queramos llamarlos somos el futuro porque está claro que el presente no. Estoy seguro de que cuando nos cansemos de nuevo de la caja de ritmos volverán a buscarnos [risas]".
-Con “metáfora” también me refería antes a que, en la misma nota de prensa, leí que los niños son “especies de sombra”. ¿Los niños no eran seres de luz? Piénsatelo bien, que tú tienes familia numerosa...
-"Sí, los niños y las niñas son seres de luz, qué duda cabe. Me refiero a que son especies de sombra porque somos los adultos quienes hemos de protegerlos y no exponerlos. Digamos que los padres y madres somos los árboles que les cubren es su bosque, que cuidan que todo esté bien para que crezcan con salud, dignidad y alegría. “Ya tendrás tiempo de salir hijo mío” me oigo decir alguna vez.
Mira el pobre Macaulay Culkin".
-Parece que va levantando cabeza... ¿Entonces hasta qué punto tu familia está presente en este disco más allá del título?
-"El autoconocimiento es el mejor camino para acompañar bien a los hijos. Las canciones son espejos para mi, son el elemento principal para mantener la convivencia conmigo mismo y para con los demás. He compuesto y grabado el disco entre las rutinas de la crianza, que al contrario de lo que se pueda pensar, es más un empuje que un lastre para mi trabajo. Mi familia está presente no solo en el disco sino en todo lo que gira alrededor".
-Tengo entendido que los 10 temas del disco se encuentran “entre lo cotidiano y lo imaginario”. ¿Cuánto de realidad y cuánto de ficción hay en Especies de sombra?
-"Mitad y mitad...y casi todo es mentira menos alguna cosa que tal vez sea verdad".
-¿Y qué hay de “Carletti Porta”? ¿Nombre artístico o real como la vida misma?
-“No se a quién leí 'Que tu vida sea una obra de arte', pero así es como entiendo la vida. Mi novia me llama Carletti, mis amigos también. Cuando subo al escenario me pongo el apellido pero sigo siendo el mismo".
-También leí que estas canciones han estado “en la penumbra” mucho tiempo, ¿me equivoco? ¿Cuánto tiempo exactamente?
-"No todas son tan viejas, La Reina lleva conmigo unos 15 años sonando de diversas formas, otras las escribí para este trabajo. Pero si, algunas han salido de la sombra de mis cajones porque tocaban a muerte ya".
-¿Y por qué no han visto la luz antes o lo han hecho con otro acompañamiento musical?
-"No es fácil, al menos para mi, poner en marcha el tinglado que implica la grabación de un disco. Tiene que haber una intención, una fiebre. Tú mismo tienes que remar en un río con aguas cambiantes. La gente te acompaña pero ¿hacia dónde? Llegar al corazón de la canción lleva su tiempo".
- ¿Es cierto que una canción salió adelante a partir de un comentario que te dedicó alguien?
-"Sí, escribí Cómo no voy a morir por ti a raíz de que alguien me dijera que María y yo hacíamos buen equipo. Me dejó un sabor amargo y mira, me inspiró. No quiero hacer buen equipo con ella, es lo que me dije. La escribí para recordarle y recordarme que la quiero cada día, que lo quiero todo con ella, hasta el desastre. Que lo cotidiano se sustente en lo universal, algo así."
-En tu facebook encontré estas palabras: “Tan sincero como una canción”. ¿Una canción siempre es sincera al margen de qué artista está tras ella o no?
-"Bien, separemos al artista de su obra. Quiero pensar que mis canciones son mejores que yo, yo soy como cualquier otra persona, llena de contradicciones, errores, vacíos. Una buena canción si es buena es porque es sincera y luego todo lo demás, pero tiene que ser sincera sino no llega al corazón del personal. Bob Dylan es un tipo huraño, pero sus canciones son una maravilla. Igual miente a su mujer pero en sus canciones nos dice la verdad. Joaquín Sabina en su último disco se abre en canal y lo da todo. Ahí quedarán para siempre sus canciones qué son lo que realmente nos ha de importar del artista".
-¿El número de tachones también está relacionado con esta sinceridad? Hace tiempo, en otra entrevista [actualidadjoven.es], comentaste que “lo de la inspiración es una gilipollez que se han inventado”. ¿Quieres matizar o cada vez te parece una sandez más grande?
-"Me encanta que te hayas documentado tan bien, espero estar a la altura... No he dormido mucho esta noche por el bebé así que a ver cómo queda la cosa. Benjamín Prado tiene un librito muy interesante que se llama 'Siete maneras de decir manzana' donde habla qué es y qué no es un poema. Aquí explica muy bien el pecado de dar todo a la inspiración. No es que sea una gilipollez, es que si basamos una obra en la inspiración es posible que no hable de nada, que las palabras estén muy bonitas juntas pero que no digan nada. En los tiempos del 'fast food' que vivimos se lleva mucho en la poesía y en la música, no decir nada. Yo quiero hacer un alegato del tachón, de los versos salvados, del martillo y el cincel. Alejandro Pelayo me dijo, haciendo otra metáfora con otra planta, que si la canción fuera café no sería los granos, ni siquiera el líquido que nos bebemos y que tanto nos gusta, la canción es el aroma. Aquí la inspiración, que es muy necesaria para la recolección, ya queda lejos".
-Ya que nombras a Alejandro Pelayo, ¿qué más puedes contar que no hayas explicado ya sobre las colaboraciones de Leonor Watling, Ricardo Lezón y el propio Alejandro? Sé que has sido el telonero de Marlango en algunos conciertos, ¿pero por qué McEnroe?
-"Que no haya contado ya, poco, pero no me canso de contarlo. Telonear a Marlango ha sido una escuela de calor para mi. Compartir escenario con Leonor Watling... aún no lo he asimilado, fijate. Quizá con el tiempo. Alejandro Pelayo fue quien me dio el empujón y me mostró un camino que aún tránsito. Para Leonor Watling no tengo palabras de agradecimiento suficientes. Cómo no voy a morir por ti es la canción que hacemos juntos y, claro, es muy importante para mí. Con los pianos de Alejandro y la voz de Leonor, el aroma es del mejor café del mundo. A Ricardo Lezón lo conocí en un concierto que di en su tierra. Nos presentamos y nos caímos bien. Le tiré los tejos y los cogió. Participa en una canción que podía haber escrito él mismo y para mí ya está en mis altares [Especies de sombra]. Le pedí que, además de la voz, metiera los versos finales. A día de hoy hemos estado juntos físicamente no más de media hora, pero ya estamos para siempre en una canción. Regalos de las divinidades".
-¿Y siempre tuviste claro que querías contar con ellos en Especies de sombra o tienes por ahí una lista en condiciones?
-"Están quienes me he ido encontrando por el camino, y todos lo han hecho de corazón. Esta es la única condición".
-¿Qué otras personas han hecho posible Especies de sombra de una forma u otra?
-"Son muchos nombres, pero voy a resumir. Sin María no habría canción de amor, ni vino tinto, ni tiempo robado a la cordura. Ella es la pieza clave. Rafa Caballero me acompañó un gran trecho y aun me acompaña. Vicent Huma es un maestro de la música que me ha completado vacíos que no sabía ni que existían. Luis Criado y Pablo Pulido de Estudio Uno que me dieron la oportunidad de su sello y estudio. Y dos personas claves en este asunto que son Javi Milla y Pepe Cifuentes de Perdido Studio. Sin ellos en realidad no habría podido poner estos nombres y los que me faltan. Han sido ellos los que me han ayudado hasta el final a terminar el trabajo. Lo mejor de todo es que ahora puedo decir que somos amigos".
-¿También guardas algún listado de heridas? Te lo pregunto porque, en su día, en tus redes sociales, también compartiste esto: “En el alma queda alguna herida y siempre el flequillo por peinar”.
-"Todo proceso creativo conlleva trabajo, en todo trabajo hay accidentes o consecuencias. Esto es. Como decíamos antes para ser sincero hay que rascar. También hay que jugársela, por lo que es posible que haya caídas, roces, golpes, desencuentros. Las heridas son inevitables cuando se va a por todas. Por otro lado también se sanan otras. El arte es curativo, pero para curarse hay que estar herido".
-¿Prefieres que la herida cure del todo o prefieres que quede cicatriz para no olvidar o fardar?
-"Que las heridas curen, claro. Las cicatrices más importantes no se ven, por lo que es difícil fardar de ellas, si lo haces es que aún están por cicatrizar. De cualquier manera siempre nos podemos tatuar un recordatorio, ¿no?
-¿Entonces crees en el poder sanador de la música? ¿La música te ha ayudado a superar algún momento difícil?
-"La música me ha ayudado a seguir cuerdo, directamente. Me ha ayudado a caminar por el desierto que antes hablábamos. Me ha acompañado a lo largo de toda mi vida, me ha presentado a mis mejores amigos, con ella he ayudado a otros, otros me han ayudado a mi, le he puesto palabras para la gente a la que amo que de otra manera no hubiera sabido hacerlo. La música si, sana sanita sana".
-Para terminar, ¿qué le pides a la música en adelante?
-"Que no deje de sonar".