Carlos Gardel, Maestro Masón

Publicado el 20 abril 2020 por Habitalia
Por el Profesor Dr. Antonio de las Heras
La cuestión de si Carlos Gardel fue o no miembro de la Masonería, es algo que lleva ya varias décadas en discusión.

Personalidades como el destacado José Gobello (de la Academia del Lunfardo) tanto como el periodista argentino Roberto Cassinelli, de la porteña revista "Cantando", se ocuparon - en su momento - del asunto. Aquiles Echeverri M. en el libro de su autoría "Gardel, su historia y causa de su muerte" ocupa unas cuantas líneas para referir el momento en que pleno velorio del Zorzal Criollo ingresó "un grupo de masones."

De acuerdo a la información obtenida se desprende que existe un único elemento para pensar en la pertenencia de Gardel a la Masonería y éste es la irrupción de unas personas que titulándose masones intentaron - o llegaron a concretar - una ceremonia de las usuales que realiza la orden cuando uno de sus hermanos a fallecido.

El historiador colombiano Mario Arango Jaramillo (quién reconoce públicamente su pertenencia a la Masonería Universal; o sea, se trata de alguien que está hablando "desde adentro"), en su obra editada en 2006, titulada "Masonería y Partido Liberal" incluye el recuerdo de la nocturna presencia masónica durante aquel velorio.

El 26 de junio de 2005, y por haberse cumplido sesenta años de la muerte del Morocho del Abasto, el escritor y periodista antioqueño Juan José Hoyos publicó en el diario "El Colombiano" (editado en Medellín) una detallada crónica sobre el servicio fúnebre realizado al cuerpo de Carlos Gardel confirmando la presencia de masones.

Oscar Uribe Arcila, hermano de quien en el tiempo en que sucedió el trágico accidente era Gran Maestre de la Masonería antioqueña - el Muy Respetable Hermano Rubén Uribe Arcila, que ha quedado en la historia como destacado médico, intelectual y político - ante la requisitoria hecha por Arango Jaramillo recordó que su hermano mayor - por entonces Gran Maestre de la Orden, como quedó dicho - le hubo comentado que en aquel junio de 1935 la Masonería realizó en el Gran Templo Masónico de Medellín un homenaje fúnebre a Carlos Gardel; y que el mismo había tenido lugar pocos días después de su sepelio.

Si estos dichos reflejan la verdad entonces queda diluida toda duda sobre la filiación masónica de Carlos Gardel puesto que una "Tenida Fúnebre" (así se la denomina en el lenguaje de la hermandad) es una ceremonia ritual que sólo puede hacerse a quien previamente fuera iniciado en los misterios de la institución.

Algunas referencias sobre estos acontecimientos hechas por periodistas e interesados en la vida de Gardel vienen a nuestra ayuda.

Así, por ejemplo, tenemos la información de que el dueño del teatro Junín había ofrecido el vestíbulo del mismo para utilizarlo como sala mortuoria tanto del Zorzal Criollo como de Alfredo Le Pera, Celedonio Palacio, José Corpas Moreno y Guillermo Barbieri; pero que el presbítero Enrique Uribe Ospina ofreció una residencia próxima al teatro, donde finalmente tuvo lugar el velorio. Es en ese inmueble donde - coinciden todas las informaciones - hizo su aparición el grupo de personas que titulándose masones y afirmando verbalmente que Gardel también lo era quisieron llevarse el ataúd con el cadáver para velarlo en una logia, según dicen algunos mientras otros señalan que lo único que pidieron fue realizar una discreta ceremonia allí mismo. Están las dos versiones.

Roberto Crespo, una de las personas presentes durante aquellos acontecimientos, que pudo ser entrevistado años más tarde, hizo un pormenorizado relato de cómo - según él recordaba - tuvieron lugar los hechos:

"La primera medida se limitó a conseguir un lugar para instalar la capilla ardiente, donde velar los restos de Carlos Gardel y sus compañeros. La generosa actitud del canónigo Enrique Uribe, párroco de La Metropolitana, basílica mayor de Medellín, zanjó las dificultades iniciales al ofrecer una casa quinta deshabitada, de su propiedad, ubicada en la avenida de la Quebrada Arriba, entre Junín y el puente Baltasar Ochoa"

El sepelio empezó alrededor de las diez de la mañana del martes 25 de junio, de ese momento Crespo indica:

"Antes de salir se realizó una curiosa ceremonia sobre el ataúd de Gardel. Un grupo de masones rodeó el féretro y se procedió a dar unos golpes sobre la tapa. Luego se inició la marcha hacia la iglesia de La Candelaria."

Este comentario es muy importante y serviría para confirmar la condición masónica de Gardel, pues realmente el ritual de despedida a un miembro muerto de la hermandad incluye "rodear el féretro" formando algo así como una cadena humana en su perímetro y "dar unos golpes sobre la tapa." No podría estar mejor descripta la parte más notoria que tiene ésta ceremonia.

Dos objeciones se han hecho a la filiación masónica del Zorzal Criollo. Vamos a analizar cada una.

1.-) Investigadores no encontraron en los archivos de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones ningún documento que pruebe que el cantante perteneció a la orden. Esto en sí mismo sólo parecería probar que Gardel no formó parte de ese grupo masónico. Téngase en cuenta que en la actualidad hay en la Argentina más de diez grandes logias, cada una integrada por cantidad de talleres y, algunas, sumamente reservadas por no decir - directamente - secretas.

A la vez el archivo de la Gran Logia de la Argentina en modo alguno cuenta con una información total de quiénes fueron masones durante el siglo XX.

Hay que tener en cuenta - también - que un hombre tan viajero como quien hoy nos ocupa, que pasó bastante tiempo en los Estados Unidos, pudo haber sido iniciado en la Masonería en una logia de las tantas que hay diseminadas sobre la faz de la Tierra.

2.-) Una objeción reiterada es que se torna imposible que el Morocho del Abasto fuera Masón ya que concurría seguido a misa y comulgaba. Esta es una errónea argumentación que se oye con bastante frecuencia aplicada al Padre de la Patria Gral. José de San Martín y al Gral. Manuel Belgrano.

Procede de la creencia de que quien ingresa a la Masonería se aleja para siempre de su religión y de otro prejuicio que es la suposición de que los masones practican el ateísmo. ¡Todo lo contrario! Una persona para ingresar a ésta orden tiene que tener fe en la existencia de un Ser Superior que la Masonería Universal denomina Gran Arquitecto del Universo. Y si bien desde hace siglos los masones están excomulgados por la Iglesia Católica por el sólo hecho de serlo, es muy frecuente que sus miembros que practican dicha fe hagan a un lado eso y continúen participando de la Santa Misa.

De manera que ambas objeciones no se sostienen.

En cambio hay un dato favorable a la idea de que Gardel fuera Maestro Masón y es el hecho de que su cadáver no fue velado en la Iglesia puesto que lo que el sacerdote ofreció era una residencia, lo que no deja de ser sugerente. He allí la razón por la cual los restos de Manuel Belgrano están en el patio delantero de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo y el Mausoleo del Gral. San Martín fuera de la nave de la Catedral Metropolitana junto a otros dos insignes masones como los generales Tomás Guido y Juan Gualberto Gregorio de Las Heras. La Iglesia los mantiene cerca, pero no les permite aposentarse en suelo sagrado.

Finalmente aclarar que puede llamar la atención - a quien no conozca en profundidad cómo funciona la Masonería en el mundo - que un artista popular como Gardel fuera admitido en su seno; pero no es así, por el contrario, son innumerables los ejemplos de gente del espectáculo que tuvo participación en logias masónicas. Francisco Petrone, Lucas Demare, Florencio Sánchez, Emilio Onrubia, Roberto Casaux, Enrique García Velloso, Enrique Muiño, Homero Manzi fueron maestros masones.

El doctor Antonio Las Heras es autor "Sociedades secretas: Masonería, Templarios, Rosacruces y otras órdenes esotéricas" libro que recibió el Premio Faja Nacional de Honor en el Género Ensayo de SADE, Sociedad Argentina de Escritores. alasheras@hotmail.com