Carlos Kaiser Henrique Raposo: Futbolista (y estafador) profesional

Publicado el 19 octubre 2014 por Tusi @halcombenorilsk
Hay una película de Steven Spielberg interpretada por Leonardo DiCaprio y Tom Hanks llamada Atrápame si puedes que narra la historia verídica de un chico que estafa de tal manera a la gente que es capaz de trabajar como cirujano, abogado o piloto de aviación sin tener conocimientos al respecto y estafa a los bancos grandes cantidades de dinero engañando a todo el mundo del mismo modo, ni el FBI es capaz de cazarlo. Su equivalente en el mundo del fútbol sería Carlos Kaiser Henrique Raposo: Estafador y futbolista profesional. Atención a los datos y prepárense para alucinar.
Carlos Henrique Raposo se jubiló a los 39 años, después de haber sido futbolista profesional durante casi 2 décadas, pero lo impactante es descubrir que  jugó en equipos relevantes de Brasil, México, Estados Unidos y finalmente Francia cobrando sueldos de futbolista sin saber jugar, engañaba a todo el mundo ya que ni sabía pegarle a un balón con propiedad. ¿Cómo lo hizo entonces? 
Carlos Henrique Raposo, sintiendo los colores de su equipo.
Este jugador brasileño (puedes ver sus estadísticas más abajo y al que apodan ahora Forrest Gump del fútbol brasileño y Kaiser entonces) se hacía amigo de los jugadores más talentosos y famosos, se ganaba su confianza y conseguía que en alguno de sus traspasos le incluyeran a él, en sus primeros años consiguió el favor de algún amigo íntimo para posteriormente hacer una carrera del engaño y la farsa. Firmaba contratos cortos de alto riesgo y cambiaba de equipo con asiduidad, como era muy alto y fuerte a primera vista parecía un atleta (le llamaban el Kaiser en honor a Beckenbauer).
Una vez en los equipos tenía que sobrevivir y contentar a los ídolos de su club, Carlos Henrique Raposo se las ingeniaba para traer chicas a los lugares de concentración, las situaba junto al lugar donde se hospedaban y así todos sus compañeros de equipo le tenían aprecio y respeto. Del mismo modo, mandaba regalos a algún periodista influyente en cada equipo para que escribieran crónicas y reportajes beneficiosos para su imagen.

Todavía hay más, se inventaba lesiones para no jugar, tenía un amigo dentista que firmaba los partes médicos si era necesario y así pasaban las temporadas, no estaba mucho tiempo en un mismo equipo cambiaba rápidamente y así no levantaba sospechas. Incluso pedía a compañeros (lo encubrían constantemente) que lo lesionaran en los entrenamientos y así pegarse meses recuperándose de lesiones ficticias. De hecho, a pesar de haber jugado en varios equipos brasileños (todos ellos de primer nivel)  nunca saltó al césped en un campo brasileño en partido oficial, sus increíbles estadísticas pueden ser leídas ahora.Carlos Henrique Raposo. Estadísticas escalofriantes. WikipediaUn día, hubo una plaga de lesiones en su equipo y estaba en el banquillo (nunca lo convocaban claro) el entrenador le sacó en la segunda parte, ¿Qué iba a hacer Carlos Henrique Raposo si le tenía pánico a la pelota?. Muy sencillo, nuestro héroe se pegó con un hincha del equipo local y le expulsaron. Después del partido su entrenador le preguntó que había sucedido y él sin sonrojarse contestó: "Dios me dio un padre y me lo quitó, ahora me ha dado un segundo padre que es usted, mi entrenador de fútbol, y no voy a permitir que un hincha cualquiera insulte a mi padre". ¿Qué hizo el entrenador?. ¡¡¡Consiguió que le renovaran el contrato!!!

Hay una anécdota relacionada con Carlos Henrique Raposo que encuentro particularmente hilarante y es que acostumbraba a llevar un teléfono móvil gigantesco (estamos hablando de los años 80) para demostrar que tenía clase y muchas ofertas de equipos extranjeros y no paraba de hablar en inglés a través del celular. Al tener móvil y hablar en inglés la gente pensaba que era alguien excepcional con muchos pretendientes hasta que un día alguien le oyó hablar y confirmó que aquello no era inglés y descubrieron que ¡¡¡¡el teléfono móvil era de juguete!!!!

Después de jugar en los mejores equipos de Brasil (jugar es un decir) recaló en México y Estados Unidos donde aún tuvo que saltar alguna vez al campo lesionándose poco después y así sucesivamente. Volvió a Brasil y otra vez consiguió no saltar al terreno de juego pero eso si, todos los meses cobraba un suculento sueldo.Al final de su carrera recaló en Francia, como era brasileño se pensó y se vendió la idea de que era un crack que iba a traer la gloria a este equipo (Ajaccio era el equipo en cuestión de la segunda División Francesa). En la presentación había numerosos balones para que hiciera virguerías, como no sabía hacer ninguna hizo lo que haría cualquier fan, enloquecido empezó a besarse el escudo y a tirar balones a los seguidores, saludándoles como si en ello le fuera la vida. Nunca aguantó más de 20 minutos dentro de un terreno de juego pero eso sí, la hinchada le quería.

Y al mismo tiempo que vemos como súper jugadores se retiran antes de tiempo, por decepciones, lesiones, bajo rendimiento... tenemos el caso del mayor estafador de la historia del fútbol, que consiguió jugar o mejor dicho cobrar sueldos profesionales de futbolista hasta los 39 años sin saber jugar al fútbol.
Un futbolista famoso que ha hablado sobre él y le conoció es Ricardo Rocha, ese defensa brasileño que jugó en el Real Madrid y que opina que Carlos Henrique Raposo "no sabe ni jugar a las cartas" y nunca le vio jugar porque tenía un problema con los pies. Es más, hay otros como el futbolista profesional Renato Gaúcho que le conoció de primera mano que asegura: "Es el mayor enemigo de un balón de fútbol que haya visto en mi vida" Carlos Kaiser Henrique Raposo, futbolista (y estafador) profesional Carlos Henrique Raposo, futbolista y estafador profesional