El autor junto a su bella y carismática esposa: Clara Cecilia Cuellar
Carlos Vásquez Zawadzki y sus relatos de mar
Carlos Vásquez Zawadzki es un erudito. He tenido la suerte de compartir con él encuentros literarios internacionales en donde siempre destaca por sus brillantes conferencias. Es un hombre que ha dedicado su vida a sus sendas pasiones: leer y escribir. Educado en el ámbito literario en la Universidad del Valle (Cali) y también en Toulouse y Bordeaux.
No es de extrañar que escriba con maestría diferentes géneros literarios. Es ensayista, poeta académico, investigador, editor y traductor. Pero cuando regresa a Túmala, el puerto del pacífico colombiano, donde creció, se deshace en letras y vuelve a ser niño. Un niño que sueña con delfines, barcas que son potrillos del mar y líneas del horizonte que se pueden atravesar haciendo equilibrio montado en un uniciclo. Es entonces, con los recuerdos de su niñez empapados de agua salada, en medio de los atardeceres rosados, sintiendo el amor familiar y recibiendo las sonrisas de “pulpas de coco” (como él las llama), cuando se dedica a escribir historias para niños, pero con la maestría del adulto.
Ese adulto, educado en grandes Universidades, que preside el Pen Club de Colombia y que ha publicado más de cuarenta libros, también tiene un corazón de niño.
Carlos escribe estos bellos y poéticos cuentos llenos de símiles de arcoiris, metáforas espumosas y saladas y sus onomatopeyas tan vívidas, que te parece que las escuchas salir del libro.
Cuando Carlos nos cuenta un cuento, nos transporta a sus recuerdos y los convierte en nuestros.
Con ayuda de los maravillosos y coloridos dibujos de la artista afrocolombiana Vanessa Castillo de mykproyect@live.com las historias navegan por las letras, llevándonos en el potrillo de mar de Rafiki, salvandonos con los delfines, las nubes y las matemáticas gaviotas.
Los cuentos que nos regala Carlos Vásquez Zawadzki en estos libros, son para el niño al que le leen antes de dormir, o para el que aprende a leer y va por la línea, siguiendo con sus dedos las letras y enamorándose desde ya de la lectura ante la magia de tan hermosas historias.
¿O serán para el niño que llevamos dentro y que salta con ilusión a caminar por esa línea soñada del horizonte?