Carmena se mete en un jardín

Publicado el 23 marzo 2017 por Felipe @azulmanchego
FIEL A SU espíritu conciliador, la alcaldesa de Madrid está tratando de sofocar un incendio en el Palacio de Cibeles, otro más, cuyo alcance y dimensiones se desconocen aún. Los hechos, de forma muy resumida, son como siguen. Hace un mes, los vecinos de Hortaleza fueron llamados a las urnas, dentro de las primera tanda de consultas ciudadanas organizada por el Ayuntamiento. En este caso para decidir el nombre del parque forestal del Distrito. Votaron 3.771 residentes. Muy pocos, es cierto, apenas un 2,14%, si bien pudieron hacerlo las 146.471 personas mayores de 16 años que están censadas.De ellas, 2.528 (67%) apoyaron recuperar la denominación original de Parque de Valdebebas y, por ende, quitar el nombre de Felipe VI impuesto en 2014 por la anterior alcaldesa, Ana Botella (PP) con el rechazo de toda la oposición (PSOE, Izquierda Unida y UPyD).Este martes por la tarde, la Junta Municipal de Hortaleza certificó en una sesión plenaria el cambio de nombre previamente acordado por los vecinos, tal y como venían reclamando algunas asociaciones vecinales. La propuesta contó con los votos favorables de Ahora Madrid y PSOE; PP y Ciudadanos se pronunciaron en contra.“El PSOE vota a favor de quitar el nombre de Felipe VI a un parque de Madrid”, tituló El País y a partir de ahí se organizó un lío tremendo. Un embrollo que desembocó en una nueva entrega por parte del periódico, muy activo en esta batalla: “Carmena no quiere quitar el nombre de Felipe VI del parque de Valdebebas”.Pero la cosa no acaba aquí. Acuciado y presionado por los acontecimientos, el grupo socialista, socio de investidura de Ahora Madrid, se ha visto obligado a retractarse para evitar salir chamuscado por unas llamas que ellos no han prendido. Ante el cariz que están tomando los acontecimientos, el PSOE se ha descolgado con una “solución de consenso”, que tampoco agrada a todos. Proponen rebautizarlo como Parque Forestal de Valdebebas Felipe VI para "evitar un continuo baile de nombres".Con independencia del desenlace final, porque el cambio de denominación tiene que pasar aún por el pleno municipal de la próxima semana, la cuestión es que el delegado de Participación Ciudadana y Gobierno Abierto, Pablo Soto, siempre ha defendido que estos procesos tienen que ser vinculantes desde el punto de vista político. El equipo de Carmena admite que acatará lo que se decida en esa sesión plenaria, aún a riesgo de que eso suponga incumplir su compromiso de respetar el resultado de la consulta.Y ahora viene lo peor, en el bien entendido de que en política cualquier situación es susceptible de empeorar. A la alcaldesa le incomoda quitar el nombre de Felipe VI al parque pero, al mismo tiempo, no puede anular el voto ciudadano, ni hacer como que la votación de la Junta Municipal no ha existido. Y tampoco puede, no debería al menos,  desautorizar a su concejal Pablo Soto, que quedaría expuesto a una situación muy delicada si no se respeta el mandato de las urnas.Tan incómodo y engorroso episodio llega apenas una semana después de las tensiones surgidas, una simple cuestión de “matices” según la bienintencionada expresión utilizada por Rita Maestre, tras la destitución de Celia Mayer. No es el primer desencuentro, ni será el último, de la alcaldesa con sus concejales. El problema es que a medida que se acerque el fin del mandato municipal y haya que preparar el relevo de Carmena, los nervios irán a más y todas estas chispas pueden acabar prendiendo en Ahora Madrid sin la contención registrada hasta el momento. Como bien es sabido, al partido instrumental formado por Podemos, IU, Ganemos Madrid y Equo, entre otros colectivos y plataformas, no le han faltado emociones que han puesto a prueba la consistencia de sus costuras.Manuela Carmena ha vuelto a sacar la manguera para tratar de apagar el enésimo incendio municipal. El problema es que, como bien saben los bomberos, la evolución del fuego suele ser incierta y que lo que empieza siendo un mero conato acaba por expandirse de forma incontrolada. Y no digamos cuando en el ambiente hay sustancias que aceleran la combustión.A todo esto, no creo que el Reytenga una gran preocupación porque borren su nombre de un parque forestal, teniendo como tiene tantos espacios dedicados en toda España. En (demasiadas) ocasiones, los árboles no nos dejan ver el bosque, de Valdebebas, pongamos por caso, y nos distraemos con polémicas tan estériles como interesadas. Meterse en un jardín, tan laberíntico como el de la política, es bien fácil; salir de él sin que la maleza te dañe suele ser más infrecuente.