Es de esos platos perfectos para tener preparado de antemano, incluso para congelarlo y tener listo para uno de esos días que no tenemos tiempo o ganas de preparar la comida.
1. - Ponemos un poco de aceite en la olla y, cuando esté bien caliente, echamos la carne para sellarla, dejando que se dore un poco, y sacamos a un plato.
2. - Mientras se hace la carne troceamos la cebolla y el ajo y los pondremos a rehogar en el mismo aceite donde hemos dorado la carne.
3. - Cuando ya esté casi hecha, le añadimos las dos cucharadas de tomate y removemos. Dejamos cocer un par de minutos, mientras pelamos y troceamos la zanahoria.
4. - Le añadimos la carne, el vino, los guisantes y la zanahoria y echamos un poco de sal (esto es a gusto del personal), mejor ser cautelosos, que luego lo podremos rectificar. Y añadimos medio vaso de agua
5. - Cerramos la olla y dejamos cocer unos 25 minutos. Abrimos y rectificamos de sal y comprobamos si está tierna, en caso negativo, cerramos y ponemos 5 o 10 minutos más.
6. - Pelamos unas patatas y las cortamos en trozos gruesos y freímos en abundante aceite, a no muy alta temperatura, para que se hagan bien por dentro.
Y servimos, se puede poner con las patatas a un lado, o añadiendo las patatas al guiso y mezclándolas con la salsa. A mí personalmente me gusta más mezclada.