Mary Henry (Candace Hilligoss), una joven atractiva que ejerce de organista en una parroquia local, es víctima de un accidente automovilístico. Su vehículo, que conducía acompañada por unas amigas, se ha precipitado al río desde un puente colgante. Las autoridades descartan encontrar supervivientes dada la altura de la caída y la fuerza de la corriente. Horas después, Mary Henry aparece sola y desorientada en un banco de arena. Sin embargo, ella no tardará en darse cuenta que el mundo que la rodea ha cambiado. Primero, de un modo casi imperceptible; después, irá cayendo en la cuenta que la linea que separa a los vivos de los muertos se hace cada vez más borrosa. Es entonces cuando aparecen...Ellos.
Herk Harvey fue un actor y director que sigue siendo recordado mayormente por el film de culto, “Carnival of Souls”. La idea que daría vida a esta atmosférica cinta de terror, nacería luego de que Harvey visitara un extraño salón de baile al aire libre que se encontraba abandonado a las orillas del Gran Lago Salado ubicado en Utah. El director se reuniría con el guionista John Clifford, a quien le comentaría su deseo de realizar una película que presentara a unas criaturas emergiendo del lago, las cuales luego procederían a realizar una danza de la muerte en el pabellón abandonado. Fue así como Harvey y Clifford comenzarían a trabajar en un guión para una película de escaso presupuesto cuya meta era lograr crear una atmósfera inquietante sin recurrir a mayores gastos. Mientras pensaban en el personaje principal y una historia coherente, Clifford comenzó a buscar locaciones que ayudaran a construir la atmósfera deseada. Fue así como dió con la empresa Reuter Orgar Company, la cual se dedicaba a construir órganos para las iglesias. Fue luego de su visita a la fábrica, que nació la idea de convertir a la protagonista en una organista, la cual viajaría a Salt Lake City para trabajar en una iglesia.
Una vez establecido el personaje principal y la atmósfera de la cinta, la historia comenzó a fluir de manera rápida. Siguiendo el ejemplo de “Psycho” (1960), Clifford escogió una protagonista moderna, libre pensadora e independiente, que debe desafiar a la muerte. Luego de sobrevivir al accidente donde sus dos amigas se ahogaron en el río, Mary decide continuar su carrera como organista en otra ciudad. Antes del accidente, nada sugiere que la protagonista es una persona fría. Sin embargo, luego del accidente, vemos como ella toca el órgano de una iglesia sin tener ningún tipo de convicción religiosa y sale con hombres a los cuales no desea en lo absoluto; ella no presenta rastro alguno de líbido y es acusada de no tener “alma”. Se siente alejada del resto del mundo, pero no tiene claro el porqué. Tal vez, Mary siempre fue algo antisocial, e incluso evitaba a toda costa ver a sus padres antes del terrible accidente. La única cosa que parece interesarle es aquel parque de diversiones abandonado, el cual al igual que ella, se ha convertido en un lugar muerto e ignorado por el resto del mundo.
Aunque ese lugar está dominado por una atmósfera de misterio y oscuridad, el resto del mundo parece ser normal, aunque al mismo tiempo uno puede darse cuenta de que algo no encaja del todo. Y es que se nos presenta el mundo a través de los ojos de la protagonista, un mundo completamente subjetivo y pesadillezco que es acosado por las fantasmales apariciones de un macabro hombre (interpretado por Herk Harvey), el cual solo puede ser visto por Mary. Con el tiempo, el silencioso extraño se convierte tanto en una señal de alarma como en una potencial amenaza. Eventualmente, a este extraño se le unen otros hombres como él en sus intentos de atrapar a Mary. No queda muy claro que son estos seres, pero su objetivo parece ser bastante evidente. Las escenas en las cuales ellos persiguen a la protagonista son sin duda inquietantes. Luego de ver dichas escenas, queda claro que “Carnival of Souls” pudo haber inspirado en cierta forma a George A. Romero cuando este realizó “Night of the Living Dead” (1968).
Prácticamente toda la música del film es tocada con un órgano. La música de órgano es la que ronda la mente de Mary y por ende, es la más adecuada para acompañar el mundo en el que se desenvuelve. Si es que pensamos que todo lo que ve y todo lo que le sucede no es más que obra de su imagición, parece perfecto pensar que ha escogido una banda sonora tan fría como su propia personalidad. La música compuesta por Gene Moore, aunque es bastante simple, prueba ser bastante efectiva y extraña, como para lograr elevar la tensión y la atmósfera de las escenas en las cuales es utilizada. Herk Harvey realizó esta extraña joya con un presupuesto de solo $30.000 dólares. Si no hubiese existido ese parque abandonado, sencillamente no podría haber existido esta película. Se filmó en tan solo tres semanas, mayormente en Lawrence, Kansas, donde el realizador pudo producir la cinta con la ayuda de una compañia llamada Centron Corporation.
Candace Hilligoss era una actriz primeriza, que debió discutir en reiteradas ocasiones con el director para que este humanizara un poco más a su personaje. De todas formas, la actriz realiza un correcto trabajo interpretando a esta joven mujer cuya traumática experiencia y sus crecientes nervios, la llevan al borde del descontrol total. Hilligoss se las arregla para transmitir su miedo y su desconcierto, sin caer en lo rídiculo, cosa que podía suceder con facilidad dado lo deficiente de algunos diálogos. La verdad es que no se requiere de un gran análisis para darse cuenta de lo que sucede en la vida de la protagonista. Pero pese a lo “obvio” de la trama, Harvey logra entregar una película bastante inquietante, con un final que dejará más de una duda. Más allá de la subtrama que involucra al lascivo vecino de Mary, y que desperdicia alrededor de 15 minutos de metraje, la bizarra forma en como se cuenta la historia y la bien lograda atmósfera, mantienen el interés en la cinta, cuya gran interrogante es si lo que estamos viendo es verdad o fantasía, o tal vez una mezcla de ambas.
La historia a ratos no parece tener un orden coherente y puede ser algo complicada de seguir. Aunque esto es un efecto colateral de las cintas de bajo presupuesto realizadas de manera independiente, de alguna forma funciona al momento de imprimirle una atmósfera onírica y algo surrealista a la cinta. “Carnival of Souls”, permaneció perdida por casi treinta años. Gracias a los esfuerzos del historiador y restaurador del films, Gordon K. Smith, la cinta emergió nuevamente en 1989, logrando ser apreciada por un buen número de seguidores del cine de terror. Tras su relanzamiento, el film se convirtió en una cinta de culto que es revisada cada año por cientos de seguidores (de hecho, Wes Craven produjo un remake en 1998, el cual la verdad deja bastante que desear). Desafortunadamente Herk Harvey no filmaría otro largometraje luego de “Carnival of Souls”. Habría resultado interesante ver lo que el director hubiese sido capaz de filmar con una técnica más pulida y con un mayor presupuesto. Aunque como había mencionado antes, esos errores, accidentales o intencionales, sirvieron para crear un film influyente, interesante, pero por sobre todo oscuramente atmosférico.
* Advertencia: El trailer contiene spoilers
por Fantomas.