“Carol” es un novela valiente publicada en 1952, una época en la que plantear un tema de lesbianismo debió de ser como declararse antirracista en Sudáfrica en la juventud de Mandela, cosa de héroes. La realidad es que la autora no pudo editar la novela en su editorial habitual, ni usar su nombre real. Además, se podría interpretar el libro, como así era, como una declaración de lesbianismo por parte de la escritora. La novela está bien escrita y tiene un cierto aire de “novela romántica de carretera” que recuerda a la famosa “Lolita” de Nabokov. Destaca sobre todo el buen ritmo, que mantiene un nivel de tensión alto a lo largo de toda la novela, como acostumbra a conseguir Highsmith en los “thrillers”.
El buen gusto se impone siempre y en las escenas de pasión y ternura, no hay procacidad ni vulgaridad . Es una historia de amor entre dos mujeres sometida a multitud de vaivenes y dificultades pero con la enorme ventaja de un inesperado final feliz, dado que en los finales de aquella época, lo normal sería el suicidio de la protagonista o su vuelta a la heterosexualidad. Sé ; por lo que he leído, que su publicación supuso una bocanada de optimismo en el oscuro mundo lésbico de aquel momento. Merece la pena leerla.
José Luis Méndez Pérez