Carol (Todd Haynes, 2015. EEUU & Gran Bretaña): sutil, aunque algo fría (quizás por su happy end, sencillo aunque alejadísimo de lo convencional), adaptación convertida en un “melodrama homosexual” exquisitamente elaborado pese a su pequeña inferioridad con respecto a Lejos del cielo, la otra aproximación de Haynes a un género, el melodrama clásico norteamericano, de cuya resurrección su autor tiene cuarto y mitad de culpa. Su precisión formal, acompañada de un clasicismo con la cámara que ya raras veces se encuentra, más su diseño de época, su banda sonora y sus delicadas y emocionalmente intensísimas- las miradas lo dicen todo- interpretaciones, así como también el cuidado tratamiento del tema abordado (tan sólo hay una escena medianamente erótica) la convierten en un sobresaliente largometraje sobre la identidad sexual en una época con mucha menos aceptación social de la que, supuestamente, tenemos ahora.
Carol (Todd Haynes, 2015. EEUU & Gran Bretaña): sutil, aunque algo fría (quizás por su happy end, sencillo aunque alejadísimo de lo convencional), adaptación convertida en un “melodrama homosexual” exquisitamente elaborado pese a su pequeña inferioridad con respecto a Lejos del cielo, la otra aproximación de Haynes a un género, el melodrama clásico norteamericano, de cuya resurrección su autor tiene cuarto y mitad de culpa. Su precisión formal, acompañada de un clasicismo con la cámara que ya raras veces se encuentra, más su diseño de época, su banda sonora y sus delicadas y emocionalmente intensísimas- las miradas lo dicen todo- interpretaciones, así como también el cuidado tratamiento del tema abordado (tan sólo hay una escena medianamente erótica) la convierten en un sobresaliente largometraje sobre la identidad sexual en una época con mucha menos aceptación social de la que, supuestamente, tenemos ahora.