La Carpa es una especie que puede superar los 70 cm. de longitud total y varios kilos de peso. El cuerpo está comprimido lateralmente, la cabeza es grande y la boca terminal y protáctil con dos barbillones o bigotes sensoriales a cada lado. La coloración del dorso es verde parduzco aclarándose hacia los costados, que presentan una tonalidad dorada. La parte ventral es de color blanquecino. La aleta dorsal es larga y con el primer radio fuerte y aserrado, de coloración verde grisáceo, como todas, pero más oscura que el resto. Existen, de manera más o menos frecuente, tres formas bien diferenciadas; la “Carpa común”, la “Carpa de cuero” y la “Carpa de espejo o Carpa real”. La primera posee todo el cuerpo recubierto de escamas, la segunda carece de escamas y la tercera tiene pocas escamas, grandes y brillantes, distribuidas de manera irregular por el cuerpo. La Carpa alcanza la madurez sexual a los tres o cuatro años, los machos un año antes que las hembras. En los meses de mayo a Julio, la hembra deposita entre 100.000 y 200.000 huevos por kilogramo de peso, siempre en orillas, zonas inundadas de poca profundidad y con vegetación sumergida.
Prefiere las aguas estancadas o con escasa corriente y fondos de arena o limos con abundante vegetación. Estas condiciones se dan en galachos y zonas concretas de los tramos bajos de los principales ríos de Aragón, en embalses y en un gran número de balsas agrícolas y ganaderas. El hecho de ser poco exigente favorece el que al final aparezca tanto en balsas de cemento como de plástico, sin ningún tipo de vegetación, encontrándose incluso en los depósitos de agua potable de numerosos municipios. Numerosos ejemplares acaban en el interior de parcelas agrícolas de frutales, alfalfa, maíz, etc.; se desplazan a través de las acequias de riego y penetran en estas parcelas cuando son regadas, muriendo en ellas cuando el agua se filtra a través del suelo. Es una especie de origen asiático, introducida en Europa en tiempo de los romanos y en España durante la dinastía de los Hausburgo, entre los siglos XVI y XVII. Es uno de los peces más extendidos por la acción del hombre, encontrándola en la actualidad en los cinco continentes. Por su forma de buscar alimento (levanta las raíces de las plantas acuáticas, destruye la vegetación acuática y levanta los sedimentos, enturbiando las aguas) acaba haciendo desaparecer la vegetación, perjudicando a otras especies más sensibles y con requerimientos de aguas más limpias.