Aparte de mi Carmen Román, que la hizo con sus amigas, en su estilo más puro y jaleoso, estarían Sandra y Marmen, las dos fieras, que entraron una mijita por delante mía,
mi cuñada Ana, que llevaba a las peques, Lucía y Lara,
y un montón de mujeres cada una con su historia personal. Ví de todo: familias enteras unidas por la causa, mujeres que la habían pasado, que la estaban pasando, que acababan de pasarla y que tenían a alguien cercano que la había pasado. Todas historias de superación y de apoyo. Así que pistoletazo de salida y a disfrutar de la compañía.
Y cuando llegué a meta, rapidito para detrás para animar a las que no podían correr y sólo andar.
Y el año que viene estaremos de nuevo en esta cita.