Carrera hacia los Oscars

Publicado el 16 febrero 2012 por Lapalomitamecanica



Siguiendo la ronda de nominaciones, desembarcamos en la categoría más esperada por el cinéfilo medio, la de película extranjera. Antes de nada, debo admitir que los criterios cinematográficos en la ceremonia hollywoodiense en general siempre me han parecido bastante dudosos a la hora de premiar una película y no otra, y en esta categoría más. El año pasado la película extranjera ganadora fue la danesa En Un Mundo Mejor, lo que nos hizo llegar a la terrible conclusión de que el jurado estaba comprado o no pudo descargarse de Megaupload (por eso de la ética profesional) ni Incendies ni Canino; pues es lo único que podría explicar el hecho de que triunfase la danesa compitiendo con esos dos pesos pesados que fueron (y son) la canadiense y la griega. Que todos lo sabemos, que estos premios son muy traicioneros, y si no, acordaos de la batida inesperada que dio El Discurso del Rey el año pasado.
Pero nosotros a lo nuestro, que es la peli gafapasta del festival, centrémonos en la categoría que más interesa al público mainstream: la de mejor película de habla no inglesa. Y es que cuando ya la cosa se sale de más de un par de nacionalidades (más de uno ya está sudando) que disten de la estadounidense (mano derecha al corazón) el jurado calcula los litros de petróleo que va a sacar de todo esto. Esperemos que este año no ocurra así, a ver si alguno se va a confundir y le va a dar el premio a Nader y Simin pensando que las tropas ocuparon Irak. Porque hoy en día ya no está del todo claro si recibir un Óscar es un insulto o algo genuinamente bueno que te indica que tu película es puro cine, como decía Bazin, que en paz descanse. Tras el salto, el análisis de las nominaciones a Mejor Película de Habla no inglesa.
Bullhead (Bélgica)

Se trata del debut del director belga Michael Roskam; narra la vida de un joven ganadero cuya desgracia es la de conocer a un veterinario que le propone un pacto que aparentemente hará prosperar su negocio. Como era de esperar, las cosas van torciéndose poco a poco hasta que el protagonista se ve envuelto irremediablemente en una vorágine de violencia de la que le resulta imposible desvincularse. Roskam demuestra un dominio excelente de todos los elementos que conforman este filme, presentando una historia dura e interesante a partes iguales.  Por lo que tenemos ante nosotros un drama inteligente digno de competir y con posibilidades reales de ganar si no fuese porque estamos en los Oscar. La historia de un antihéroe enmarcada en una especie de thriller rural de ritmo lento al principio pero absorbente, que probablemente no guste demasiado. Ya que es el primer largo del director, que por lo menos los Oscar le sirvan para darse a conocer.

Foot note (Israel)                     

Vamos con la propuesta israelí: Su director, Joseph Cedar, debutó con la película Beaufort (2007), que también estuvo nominada en esta categoría aunque se fue con las manos vacías. Sin embargo, lo que si se llevó Cedar fue el premio de Mejor guión en Cannes del año pasado. Foot note trata sobre la relación tormentosa entre un padre y su hijo. A su manera, ambos se desviven por su trabajo: Los dos son profesores de universidad y el problema se plantea cuando sólo a uno de ellos le conceden un premio de reconocimiento a su trayectoria profesional. Para ponernos en contexto, un país como Israel nunca ha ganado el galardón en esta categoría por lo que sería la primera vez si esta se perfilase como ganadora. Aunque según las críticas recibidas, Foot Note peca de constantes referencias a la cultura judía y un sentido del humor algo extraño que quizás sólo locales son capaces de captar al 100%, así que las probabilidades de que gane ésta se desinflan considerablemente. Vamos, que no tiene nada que ver con la gracia que te puede hacer los chistes en una de Woody Allen o de los Coen, que también son judíos.
In darkness (Polonia) Me gustaría equivocarme pero creo que la polaca In Darkness juega con ventaja ya que presenta un argumento que, de entrada, puede gustar al jurado, pues se ajusta a los parámetros que normalmente se suelen premiar en esta categoría: Una historia dramática ambientada en un país tercermundista o golpeado por un suceso histórico, mostrando una época de miserias y complicaciones sociales. En líneas generales éste suele ser el patrón de filme ganador en esta categoría, y en ese sentido la directora ha sido muy hábil pues nos presenta la historia de unos refugiados judíos en Polonia durante la ocupación nazi en los años cuarenta. Perfecto para soltar la lagrimita. En mi opinión, esta película le hace una competencia real a Nader y Simin, la supuesta favorita de este año, y visto lo que ocurrió el pasado, esperemos que todo quede en meras suposiciones. Algo que también puede resultar decisivo para que gane la polaca, es que su directora, Agnieszka Holland, ha realizado bastantes largometrajes de nacionalidad estadounidense, por eso de la simpatía y el patriotismo, que gusta tanto allí. Corramos un tupido velo antes de pasar a Canadá.
Profesor Lazhar (Canadá)                
La opción canadiense resulta ser el segundo largometraje del director Philippe Falardeu. Nos introduce en el entorno de un maestro de escuela de origen argelino que se ve obligado a explicar a sus alumnos el misterio de la muerte después de que estos descubran a su anterior profesora ahorcada en el aula. Esta película no llega a Hollywood con los brazos vacíos pues ya ha recibido premios en otros festivales como la Seminci, Locarno y Toronto. Buenas interpretaciones, sensibilidad con el tema, aunque quizás no se ajusta demasiado a lo que se ha venido premiando otros años en esta categoría. Para los opositores a la enseñanza, en España se estrena en mayo.

Nader y Simin, una separación (Irán)           

Y por fin llegamos a la gran favorita, la única de las cinco que cuenta con dos nominaciones (una más que el resto). Ha triunfado por cada festival por donde la han paseado y en Hollywood todo apunta a que repetirá maneras. Y no es para menos, pues todo el que haya tenido la suerte de ver la película iraní estará de acuerdo en que sorprende pues logra introducir tanto al espectador amateur como al cinéfilo sin remedio en el contexto de un país árabe lleno de contrastes a través de una historia amena, compleja y nada maniquea. El intento de divorcio de una pareja que vive en Teherán sirve de excusa al realizador Asghar Farhadi para plasmar la influencia de las tensiones religiosas en la vida de dos familias. ¿Habrá justicia en los Oscar?Nuestra apuesta: Nader y Simin, una separación (Asghar Farhadi).