Carrera Literaria-El mal carácter del escritor (25)

Por Gfg
Lógico. El escritor semi-profesional ha cambiado en estos últimos años. Ya no es el joven vigoroso, o el atractivo cuarentón, o el viejo espigado, no, ahora es un desecho de sí mismo que apenas se reconoce cuando se mira en el espejo (le suele ocurrir que da un respingo cuando se ve reflejado en el baño). 
Su mirada ha dejado de ser limpia (si alguna vez lo fue, que siempre quedará la duda). Es más, ha dejado de mirar la vida, como si sus ojos se hubieran tornado hacia el interior quedando bloqueados. Miento, seguirá mirando la vida, pero la vida de sus personajes, la de la famosa trama, la de su ficción que ha tomado cuerpo y que le bloquea la mente. 
Es entonces cuando el autor empezará agriarse porque su mundo literario será mucho más atractivo que el real; es entonces cuando comenzará a confundir las cosas y llamará a su mujer como a la amante de la novela; a su banquero como al asesino de su obra. Incluso nombrará al camarero de su bar como su homólogo ficticio. 
Por lógica ese comportamiento dará lugar a muchos comentarios y alguna que otra crítica. Durante unos días dormirá en el sofá del salón a la espera de una reconciliación conyugal. Además, la renovación del crédito será incrementada con un cuarto de punto, y su camarero ya no le calentará la leche como antes.
Como consecuencia de ese caos vital, algunos escritors comenzarán a beber más de la cuenta. Otros se adentrarán sin remisión en el mundo de las drogas y del puterio. Todos estarán amargados.