Un tesoro culinario rescatado La carrillera, antes relegada a la casquería, ha visto un resurgimiento impresionante en la gastronomía moderna. Desde su origen humilde hasta la alta cocina, es un ejemplo perfecto de cómo lo sencillo puede volverse excepcional. Su magia radica en su suavidad y en cómo los sabores se intensifican al recalentarla. Bien preparadas, las carrilleras son suculentas y se deshacen en la boca, especialmente cuando se cocinan a fuego lento en una salsa rica en vino tinto. Y si eres como yo y vives para esas salsas que piden a gritos un trozo de pan, estás de