¡Vuelve de entre los muertos el Carrusel Bloguero de los Juegos de Rol!. Tras un año de barbecho, Rol the bones! recoge el abandonado testigo de la iniciativa mensual (cuyas reglas podéis consultar aqui) disparando al aire un nuevo tema con el que tratar de picar a la comunidad bloguera: Lo que no vendo.
Yo colecciono juegos de rol, pero no soy - por suerte para mi - un coleccionista estricto, y no compro todo lo que sale así porque si. Desde que comencé con el hobby me he deshecho de algunos libros, y tengo asumido que, ante una necesidad imperiosa, me desharía de prácticamente todo lo que tengo sin llorar demasiado en el proceso. Pero dentro de ése "casi" están las niñas de mis ojos frikis, esos juegos que, por múltiples razones, trataría de mantener cerca contra viento y marea, y que son los que siguen:
Con todos sus virtudes y defectos, y sabiendo como sé que es probable que jamás vuelva a hollar una mesa de juego, esta colección de libros con el familiar sello de Joc en sus lomos (ése maldito símbolo que me ha hecho gastar tanta pasta...) me abrió las puertas del mundo rolero, y no querría renunciar a ella. Sería como traicionar a un viejo y leal amigo.
Me da igual lo que se diga de su sistema. Para mi, ningún juego ha superado su épica y el potencial de su mundo espiritual. Y ahora que va a salir su versión 20 aniversario espero poder volver a recuperarlo sobre la mesa de juego, aunque de nuevo tenga que ser yo quien dirija y por tanto no juegue, que sería lo que más me apetece.
Otro como el anterior. Mi grupo de juego se queja de sus mecánicas, pero a mi no me disgustan. Son jodidas, como el universo del cuadragésimo primer milenio. Todo el encanto de Warhammer 40k sin Marines detrás que te saquen las castañas del fuego.
De los juegos que yo considero "de la nueva hornada", de lo mejor. Una ambientación trabajada con detalle y mimo, un sistema ágil y muchas posibilidades diferentes para jugar desde 1939 a 2075.
Aunque lo he jugado infinitamente más, es casi el mismo caso que Stormbringer. Vampiro fue el segundo paso importante dentro de los juegos de rol, y lo jugué hasta que todos los que me rodeaban acabaron hastiados del juego. Yo no llegué nunca a ése nivel, pero a día de hoy si es cierto que prefiero otras cosas, aunque nunca diré que no a una más.
Mi gran descubrimiento de los últimos años. No sólo por abarcar una ambientación que me encanta, sino porque encuentro facilísimo dirigir gracias a la mecánica sencilla de su sistema, y porque gracia a él estoy probando a hacer cosas que con otros juegos no me he atrevido (ni tampoco tuve ocasión).
No creo que sea necesario explicar por qué, pero se puede resumir bien: nunca falla.
Mi único imprescindible en sistema D20. Las tardes de gloria jugándolo han enriquecido el anecdotario de nuestro grupo de juego, creo, más que cualquier otro.
Sin embargo, espero no tener que prescindir de nada que realmente no me sobre en mi estantería. Que estos sean los imprescindibles no significa que los demás no tengan relevancia, y ésa venilla de coleccionista me dice que, aunque sea ya en menor medida, siempre seguirán llegando más. Sólo uno o dos. Palabra ;)