Dime qué llevas y te diré quien eres.Obviando el “equipo básico” que pueda tener un personaje en sus inicios, y dependiendo de la ambientación varía de cabo a rabo, el equipo “especial” debería ser algo que definiera al personaje.¿Por qué usas un estoque en lugar de una espada corta?; si puedes convertir tus manos en garras, ¿por qué quieres un bate de baseball?; ¿qué lleva a un Caballero Jedi a portar un blaster? Preguntas de este tipo deberían hacerse cuando se crea el personaje o se tiene la oportunidad de mejorar nuestros pertrechos. Deberíamos pararnos a pensar por qué nuestro personaje llevar una recortada, un hacha de batalla o un nuevo sable de luz de hoja doble. Qué nos aporta ese nuevo objeto que no tengamos ya con nuestras propias capacidades.Cuando el personaje y el equipo sean un conjunto armónico donde ninguna pieza desentona (¿una monja con una desert eagle? O_o) será un buen momento para pensar en dar nuestro siguiente paso: mejorar ese equipo. Al mejorar el equipo, que ha pasado a formar una parte fundamental del personaje, estamos mejorando todo, tanto el objeto en sí como al personaje, o al menos eso me gusta creer.
Mi personaje es una monja ex-guerrillera que se pone el parche para apuntar porque no sabe guiñar el ojo
Hacer que el equipo sea una parte importante del personaje, no sólo a niveles de supervivencia sino también a niveles interpretativos, hará que nuestros personajes estén mejor definidos, tenga una característica especial que los identifique, nos ayudará a que tengamos una idea más clara de lo que es y de lo que queremos que sea, y a los demás también, y nos hará más fácil y cómoda la elección de los objetos quitando de un plumazo los que casen con nuestro personaje y, sobre todo, nos ahorrará tiempo a la hora de escogerlo.