Carta a los huelguistas

Por Pilarm
Queridos huelguistas:
meteros la huelga donde os quepa.
Atentamente,
Usuaria del metro
La verdad es que podría ser más fina y educada, pero para qué nos vamos a engañar, no me apetece. Entre el calor que hace, que me derrite y me provoca un continuo dolor de cabeza, y que gracias a los trabajadores del metro no sólo voy a pasar más calor por ir en esos autobuses y trenes sin aire acondicionado, o andando, que hay menos aire todavía, sino que tengo que salir 2 horas antes de mi casa para no llegar tarde a mi destino, pues la educación se pierde un poco.
Sí, vale, se quejan de que les bajan el sueldo. Pero no son los únicos, y además, ¡tienen un sueldo para poder bajárselo! Otros el único sueldo que tienen son las monedas que se encuentran por la calle mientras pasean.
Y encima, amenazan con huelga indefinida desde el 1 de julio. Esa es la solución a los problemas, 5 millones de parados queriendo trabajar y 4.000 empleados tocándose las narices porque trabajan los pobrecitos y les quieren quitar el 5%, que me parece a mí que de lo que ganan, mucho no se notaría, pero bueno.
Al final pasa como siempre, somos los usuarios los perjudicados. ¿Y a qué nos dedicamos? Pues a uno de los deportes nacionales, que desestresa mucho, el insulto y encabronamiento general. Es que te quedas muy a gusto oye, es como lo de romper figuritas, te vas a casa de un relajado... -por algo existe una tienda en Madrid que te da la oportunidad de hacerlo, debe funcionar-.
Además, me hace gracia que han reforzado los trenes, ¿para? Si a no ser que vayas de una parada de metro con cercanías a otra no te vale para nada. Y los buses, no sé si han puesto más o no, pero creo que no se nota, teniendo en cuenta que somos más que otras veces, como sardinitas enlatadas y a la parrilla.
De momento parece que se han puesto las pilas para que a los guiris -y no guiris- que vayan al aeropuerto puedan ir, así que la policía ha abierto Nuevos Ministerios para los que usan la línea 8, que es la del aeropuerto, creo que van a ser los únicos privilegiados.
Y para todo lo demás, los taxistas. Que se están frotando las manos, las orejas y lo que haga falta.