Querido hijo: Cambié mi vida por ti… hoy doy mi vida, mi alma, mis energías por sacarte adelante y enseñarte a vivir. Le pido a la vida que me permita vivir muchos años para acompañarte en lo dulce y lo amargo.
No puedo vivir tu vida, pero sí espero que la compartas conmigo.
Darte grandes alas para que vueles más alto que yo…
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