Hace nueve años, llegaste a nuestras vidas y así formamos una familia de cuatro, Dios nos Bendijo con tu llegada. Recuerdo el primer momento en que te tuve en mis brazos, y aunque eras tan pequeño, tu presencia llenaba todo a mi alrededor. Hoy, cuando te veo creciendo, descubriendo el mundo con esa curiosidad infinita y una sonrisa que ilumina cualquier rincón, no puedo evitar sentirme agradecida por cada instante que compartimos. Mi niño grande, mi niño inquieto y con un corazón que desborda mucho Amor.
En estos 365 días has crecido y aprendido un montón, Te felicito por ser ese buen estudiante, investigador y dedicado a tus actividades académicas, siempre con esa alegría y entusiasmo que te caracteriza. Cada día me sorprendes más en tu deporte, como te dedicas a mejorar y seguir construyendo el camino de un buen deportista. Pero, más allá de lo que haces, quiero recordarte algo que siempre será cierto: eres amado por quién eres mi niño.
Eres esa chispa de energía que llena nuestra casa de risas y aventuras. Admiro tu valentía cuando enfrentas los desafíos, tu amabilidad con los demás y la forma en que siempre buscas el lado positivo de las cosas. El hermano menor, el que, aunque tiene diferencias momentáneas con su hermana, la amas y la cuidas siempre.
Sigue soñando en grande: El mundo está lleno de posibilidades, y quiero que te atrevas a alcanzarlas.
No tengas miedo de equivocarte: Cada error es una oportunidad para aprender y crecer.
Sé siempre tú mismo: Porque no hay nadie como tú, y eso te hace único y especial.
Gracias por enseñarme a ver la vida desde tus ojos, a valorar los pequeños momentos y a disfrutar de lo simple. Aunque a veces la rutina nos atrape, quiero que sepas que cada día contigo es un regalo de Dios.
Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Siempre seré tu mayor fan, tu apoyo incondicional y tu lugar seguro.
Con todo mi amor,
Tu Mamá.
@MadreNovata