Carta a una amiga

Publicado el 10 agosto 2011 por Siempreenmedio @Siempreblog

Querida amiga:

Dentro de dos días estaré con tu hija, esa pequeña tú que tengo la fortuna de disfrutar durante unas semanas al año. Qué afortunada soy, amiga, y qué triste.

Te fuiste dejando aquí tu bien más preciado, tu ‘tesoro’ y haciéndome prometer que cuidaría de él. Qué honor y, al mismo tiempo, qué triste. Hubiera preferido que la cuidaras tú, que la vieras crecer, que observaras su cara al descubrir el regalo que dejó bajo su almohada el Ratoncito Pérez a cambio de su diente y ya van dos. Que recibieras los besos que da cuando se despide al teléfono y te dijera te quiero como me dice a mí. Que disfrutaras de sus juegos en la playa o en el parque y la consolaras cuando cae. Que la llevaras a Pakistán y le enseñaras sus colores como querías. Te hubiéramos acompañado, lo hubiésemos compartido, tantas cosas…

Está bien, es preciosa, grande, fuerte, lista y cariñosa. Tiene todo el amor y el cariño que necesita y más. Tiene a alguien maravilloso a su lado y a todos los que te querían, amiga, que son muchos. Sólo le faltas tú, pero estáte tranquila, es una niña feliz.