Estimado Felix Baumgartner:Vaya por delante mi reconocimiento a su valentía, si es que su actuación de ayer puede calificarse solo con el adjetivo ‘valiente’. Más que nada, porque ayer comprendí que el concepto de miedo puede tener miles de acepciones, además de la suya, que es única. Admito que hace menos de 24 horas no sabía de su existencia, aunque llevara más de cinco años preparando esta ¿hazaña? de saltar al vacío desde 39 kilómetros de altura, situado ya en plena estratosfera.El austriaco Felix Baumgartner. http://www.telegraph.co.ukLeo que esta locura persigue contribuir al desarrollo de una nueva generación de trajes espaciales y me parece muy loable que usted quiera ayudar al progreso de la carrera espacial, esa que había metido el freno desde que el hombre llegó a la Luna. Deduzco también que se habrá embolsado una buena cantidad de dinero. No es para menos. Otros ni siquiera saltarían un metro y se llevan mucho más. Pero le confieso, señor Baumgartner, que no consigo comprender -aunque me gustaría- cómo nuestra especie se empeña en investigar si se puede vivir fuera de la Tierra al mismo tiempo que nos afanamos en destruir nuestro planeta.A pesar de ello, de que no termino de entender esa obsesión del ser humano por establecerse fuera de la atmósfera terrestre, anoche me costó dormir tras ver su lanzamiento, pura adrenalina y emoción. Me quedé con varios interrogantes: ¿pensó en algún momento en que podría morir durante su caída? ¿qué entrenamiento mental requiere alguien como usted? o ¿qué beneficio real obtiene su patrocinador con todo esto? son solo algunas de mis preguntas.Yo, por lo pronto, pienso que es bueno que se cometan locuras, pero mejor que sean de otro tipo: de las que no cuestan un dineral y salvan vidas, por ejemplo. (Ya pueden llamarme demagoga).PD: el Red Bull sigue siendo un potingue asqueroso. A eso de que “te da alas” habría que añadir “si tienes muchos millones”.