Quiero poner en su conocimiento una corriente de opinión que se expande por todo el país como un reguero de pólvora:
1º) dicen las malas lenguas que ustedes están ahí precisamente por su manifiesta aversión al Barça: que v., sr. Díaz Vega aborrece a este equipo no necesita ningún esfuerzo demostrativo porque todos nos acordamos todavía de sus frecuentes disputas con Cruyff, al que v. le dijo repetidas veces que se cagaba en los pantalones cada vez que se enfrentaba al Real Madrid, en adelante RM;
2º) en cuanto a v. sr. S. Arminio, que fue designado por el eterno presidente de la Federación Española de Fútbol presidente del Comité de referencia, qué decir sino que en pleno partido entre su querido Atletic de Bilbao y el propio Barça, aprovechó un momento para abofetear al mismo Cruyff, o sea, que ambos, máximos dirigentes del estamento arbitral, tienen declarada su absoluta preferencia por el que se considera santo y seña del club catalán, algo así como el Di Stéfano del Barça;
Pero, como digo, ésta es una opinión que corre por los círculos futbolísticos de este desdichado país, en el que, ya se sabe que nada es verdad ni mentira todo es según el color del cristal con que se mira.
Pero a mí, que los aprecio mucho a ambos, no me preocupa en demasía el tema porque ahora mismo tienen ustedes la oportunidad de demostrar la absoluta falacia de su aversión al equipo catalán:
No hace mucho que v., sr. Arminio, salió brillantemente a la palestra intentando que el Comité de competición abriera un expediente especial a Piqué porque se había atrevido a decir, con manifiesta mala educación y un lenguaje desaforado, que un árbitro del colegio madrileño le había expulsado de manera premeditada.
La conducta de este jugador era rotundamente intolerable y contrastaba con la que, por ejemplo, habían adoptado algunos elementos del organigrama del RM que habían acusado reiteradamente a esos colegiados a los que v. defiende tan radicalmente, por cómo le revuelve las tripas cuando se meten con ellos, de ser unos auténticos ladrones: Cristiano Ronaldo que, por si no era bien entendido su mensaje, dada la lejanía del público, había adornado sus palabras con reiterados gestos indicativos de que con ellos se estaba cometiendo un acto de reconocida rapiña; Casillas, tocandose repetidamente la cara con el dorso de la mano ante las cámaras de Tv de todo el mundo, para indicar la caradura del árbitro e invitándole después a gritos a que se fuera de juerga con los del Barça, a los que se había vendio; Mourinho, para dar ejemplo no sólo a todos los componentes de su equipo sino a todos esos millones de niños que siguen el fútbol por Tv, después de haber afrentado durante más de un año a todos los árbitros españoles, con exhibición de listas de sus fallos, realizadas por su amigo sr. Megía Dávila, árbitro de cámara de Florentino Pérez, contratado únicamente para recibir a los colegiados que van a arbitrar los encuentros del RM, a fin de coaccionarlos convenientemente, abre una nueva época en lo que se refiere a la relación de los profesionales activos del fútbol con el estamento arbitral, que v. tan dignamente dirige, obligando a sus jugadores a echarse sobre el colegiado del partido desde el primer momento para coaccionarles-acojonarles, dice el vulgo-provocándoles el consiguiente desarreglo nervioso que coarta de manera definitiva su actuación, lo que repite todos los días de partido, cerca de su cuerpo técnico e incluso de ese representante mediático que tiene, el sr. Eladio Paramés, que va desde llamar hijo de puta a Ayza Gámez, hasta hacer fáciles juegos de palabras con el apellido del colegiado de turno, al propio tiempo que acude al parking donde los árbitros han depositado sus vehículos suponemos que para felicitarles efusivamente sin que nadie le vea; y este sr.Mourinho no es que sea reincidente, no es que vive así, es su manera de ser, hay quienes dicen que se ha contagiado de los ambientes mafiosos portugueses pero yo lo considero francamente exagerado, a pesar de aquel lamentable incidente ante la cámaras de TV de todo el mundo cuando le metió el dedo en el ojo al entrenador contrario, ocasión en la que, por cierto, no recordamos ninguna actuación suya al respecto.
Pero todo esto es igual, se trata de agua pasada que, como todo el mundo sabe, no mueve molino, y que ustedes ahora pondrán en su sitio, porque esta cuadrilla de macarras la ha vuelto a liar en el campo del Villarreal, otra vez Cristiano Ronadlo se ha dirigido a ustedes, los árbitros, diciendo que no hacen más que “robar y robar, sólo robar”, ante las cámaras de todo el mundo; el propio Mourinho, han captado las cámaras de La Sexta, le ha dicho al árbitro que es un “filho de puto” y su compinche, Pepe, esa víctima propiciatoria de la más perversa persecución, no ha tenido más remedio que llamar también a su colega y subordinado, hijo de puta en el más perfecto de los castellanos, aparte, claro está, de incidentes tales como que el equipo del RM en masa no sólo haya intentado plantear pelea con los jugadores del Villareal sino que incluso han tratado de llegar al vestuario de los colegiados para intentar agredirles.
Por supuesto que todo esto es pecata minuta, escaramuzas infantiles y por lo tanto absolutamente excusables en gente joven que participa en los partidos con la correspondiente excitación y que si bien sólo es llevada a cabo por los jugadores del RM no es precisamente por los precedentes de permisividad que ustedes están instaurando en relación con los componentes de dicho equipo, sino que todo esta algarada continua de estos elementos es meramente ocasional y no debe de ser no ya castigada convenientemente sino tan siquiera investigada como cuando v. ordenó llevar a cabo con el tal individuo Piqué, que se atrevió a la suprema insolencia de afirmar que un colegiado le había expulsado premeditamente, palabra malsonante donde las haya que indudablemente creaba un precedente nefasto que hubiera llevado a nuestro fútbol adonde no lo llevarán jamás expresiones tales como “hijo de puta” y “ladrón” que no sólo no ofenden sino que ni siquiera son dignos de mencionar tal como tan bien expuso el portavoz de ese Comité Técnico cuando dijo que todas esas frases que emiten y esas actuaciones que realizan los jugadores del RM no son dignas de someter a expediente dada la escasa repercusión mediática que tienen, ya que de lo que dicen y hacen los jugadores madridistas no se ocupan nunca los medios de comunicación madrileños.
En fin, señores, que quiero que sepan ustedes que la mayoría de nosotros, los españoles de bien, que diría Rajoy, somos como él, fervientes seguidores del RM y pensamos que cualquier actuación de sus jugadores debe de enjuiciarse como lo que realmente es, fruto de un calentón en muchachos sometidos a la gran presión de las circunstancias extraordinarias a que se hallan sometidos durante los encuentros.
Con tal motivo, les saludo atentamente,