Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Recuerdo que lo hice llena de resentimientos y deseos de sacarte de mi corazón. Me hiciste mucho daño y por eso necesitaba reponerme. Pasé por muchas etapas para poder llegar a este momento, te lloré, supliqué al cielo por tu regreso, maldije el día en que te conocí y permití que tomarás tanto de mi, te deseé lo peor del mundo, me pedí perdón, reconocí mis errores, cesé de recordarte a diario, hablé con alguien más sobre ti, te volví a ver, re reí del karma, tuve fechas llenas de nostalgia, sonreí con tu recuerdo, pasé por tu lado, respire profundo y me permití volver a enamorarme, lo dejé, escribí un libro y al fin te solté.
Ya no siento nada. al verte, ni cuando oigo de ti, te he superado y solo te escribo hoy por una razón; tengo una cita, estoy en casa esperando a quién va a llevarme a cenar y me he puesto un lindo vestido; llevo unos tres años sin festejar san valentin junto a alguien desde qu todo acabó entre los dos.
Hoy siento de nuevo ese cosquilleo electrizante en mi piel y ese vacío nervioso en mi interior, he vuelto a sentirme como hace tanto no lo hacía y se siente muy bien. Esto es todo un logro para mi porque me negué a sentir para poder vivir y resultó que no vivía sino que sobrevivía.
Sé que en mucho tiempo creí que eras el peor error de mi vida pero no es así, tu me enseñaste a sentir y sin eso no podría saber ahora lo que es querer con el corazón. Es cierto que nos equivocamos en muchas cosas, pero tuvimos una maravillosa historia; con todos los matices, con todos los momentos, con toda la pasión y la locura, una historia que vale la pena recordar.
Te dejo reposando en mis recuerdos, es un bonito lugar.
Cuando vuelva a verte y te sonría no pienses que me burlo, es una sonrisa de satisfacción por lo que nos ha quedado.
Te solté y ahora me llega la hora de volver a volar y esta vez mas alto.
Para siempre...
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¡Gracias por leer!