Carta abierta: Flores del este

Publicado el 06 agosto 2019 por Carlosgu82

La bienvenida del alba es distinta, junto a ti, sólo junto a ti, que inspiras lo que soy, y me llevas a imaginar todo lo que serás a mi lado, quizás los ojos del mar nos esperan, ¿Te gusta el mar? La última vez que visité el mar pensé en ti, (o es que tal vez fui al mar porque pensaba demasiado en ti y el mar estaba más cerca que tú) ¿Sabes? a mí me gusta el bosque, es como otro tipo de mar, un mar verde, luego habrá que decidir juntos, si una casa con ventanas hacia las olas que amas, o quizás la mirada del bosque mirando a nuestra casa, ese que me ha visto evocarte, sentado en algún tronco, o en una piedra. no andabas por estos rumbos, ni en mi pensamiento, llegaste de repente cuando el sol era idéntico de lunes a viernes y se opacaba los fines de semana sin distinguir sábados ni domingos, no pude evitarte, con esa mirada que reconozco, que no hallé en ninguna otra, es que te amaba sin saberlo, adivinando lo posible, intuyendo lo improbable de una despedida temprana, quería que te quedaras, luego de conocerte, no iba poder continuar sin ti, vagaría muchos años de mi vida escribiendo cartas y poemas de ausencia ineludible, hasta aburrir a los muertos y que éstos me condenasen al recuerdo, hasta que no pudiese sangrar más por mi costado y mostrara mis vacíos en cada verso, en cada carta, y entonces me condenaran los vivos al olvido.

NO quiero que te vayas, giremos el planeta hasta encontrarnos, juega como una niña con estas flores del este, incansable, con tu sonrisa diáfana, silente pero luminosa, juguemos después YA juntos pero NO olvidemos ninguna madrugada en que nos despertó la ausencia, saturada de instantes, largos, impetuosos, tenaces, sin rastro de dulzura, y la dibujamos en un papel con versos de esperanza, platiquemos nuestro insomnio, noches en que mis retinas eran irreales y tus ojos verídicos, te amaré siempre, porque ya te amaba antes de que llegaras con tus sueños de ángel, AHORA a sangre fría y a sangre caliente, espero la llegada de tu cuerpo, no es una utopía tu alma, tengo más de mil y una historias para tu piel, para la página mística de tu espalda, y no redactaré ahí ningún pecado, sólo oraciones de amor cómplices, tengo recuerdos atemporales, nostalgias atemporales, tenemos las cartas que ya te di y las que esperan ser escritas, también las que están escritas y desconoces, y las que se perdieron en un océano de palabras online sin hallar lectores cómplices, tendremos a su tiempo la rosa que dibujaré para ti, la foto que no hemos podido tomarnos juntos pero que vive ya en nuestras mentes,… este sábado que parece igual al de hace seis semanas me exige escribirte, no es un día cualquiera cuando tus ojos empuñan la pluma a través de mis dedos y multiplican tus cartas, esas que sé que esperas y buscas porque tú eres su rumbo y su musa, por las calles donde camino y te pienso, miro de reojo a las mujeres extrañas y también las miro de frente, pero sé que HOY no me toparé contigo,  la tarde dice que permaneces fuera de mi aura, que aún no es tiempo de entregarte ningún beso.

Nos encontraremos, murmuran las horas, y los meses callan, pero los sábados soleados vuelven a murmurar, nos encontraremos donde esperan todos tus abrazos, y entonces podremos ser, visitando otras ciudades pequeñas, con cielos muy grandes. A tu lado, la lluvia de oriente mojará sólo un poco las flores, y tus cabellos, también las cartas secretas que sólo a nosotros pertenecen, así volveré a escribir otras líneas que te canten todo este amor como una copla sencilla.

…Otro amanecer, todos parecen haberse ido, pero has llegado…

(marzo2008)
Por: Godofredo Oscós-Flores