Carta de ajuste

Por Neuriwoman

Yo que crecí con la carta de ajuste visible todo el día en la pantalla del televisor hoy quiero dedicarle mi pequeña remembranza. He de confesar que aunque ahora la recuerde con cariño como una parte de mi infancia, en aquellos tiempos me contrariaba enormemente tenerla allí omnipresente cada vez que encendía el televisor. 

Carta de Ajuste


Con solo una cadena emitiendo en blanco y negro y una escasa programación, me llegan recuerdos de familia y vecinos que cada atardecer iban entrando y buscando acomodo en el salón para ver y escuchar junto a nosotros las noticias, las películas, las corridas de toros o el fútbol. La gente miraba con asombro lo que acontecía en cada programa y eran incapaces de imaginar como unas ondas podían hacernos ver aquellas hipnóticas imágenes incluso había quienes pensaban que aquellos actores vivían como liliputienses figuras en el interior de cada televisor. Huelga decir que por aquel entonces era un artículo de lujo que con el tiempo fue entrando en todos los hogares hasta convertirse en acompañante imprescindible de nuestro ocio doméstico.


Y así es como hace varias décadas solo teníamos televisión durante unas pocas horas al día y si encendíamos nuestro televisor fuera de esa franja horaria nos aparecía en pantalla la famosa carta de ajuste (al principio en blanco y negro) acompañada a veces de música clásica y otras de una monótona melodía para que el técnico pudiera sintonizar la imagen y el sonido de nuestro televisor. Su finalidad era en ausencia de programación mantener activa toda la cadena de emisión y facilitar el ajuste en los diferentes elementos que componían la misma.