Carta de despedida al 2016

Publicado el 31 diciembre 2016 por Proyectodescritora

Carta Nº 14
Suelo empezar esta carta comentando que es una tradición que este año hace ya 14 años. Los cinco primeros años las escribía en formato email y se las enviaba a mis amigos para felicitarles el año de una manera más espacial, siempre he odiado los mensajes estándar en plan “corta y pega” puedes escribir mejor o peor pero que sea tuyo, eso siempre se agradece. Desde que tengo el blog, la comparto por aquí en la que es la última entrada que escribo del año, siendo la número 47.
En ella hago como un balance de mi año con alguna de mis teorías que se mehan ido ocurriendo a lo largo del año que despido. Me leo antes las de los anteriores años porque a veces tiendo a repetirme, y leyendo la anterior, va a ser difícil superarla porque me pareció una metáfora muy buena aquella obra de arte del laberinto, pero bueno, haré lo que pueda. (Podéis leer las demás cartas, por cierto, al final de ésta).
Uniendo la teoría del año pasado del laberinto, este año he añadido a mi vocabulario una palabra que es prácticamente mágica, y es sincronicidad. Si buscamos el término, su definición exacta es: la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acasual. Igual explicado así no se entiende muy bien, pero sí se puede entender con ejemplos, como que alguien te llame o aparezca justo en el momento indicado, o que leas o veas algo justo de un tema que te rondaba la cabeza, o que justo ibas a llamar a alguien y ese alguien te llama, etc. Como si los planetas se alinearan por momentos para hacerte la vida más fácil y más especial.
A este principio, muchas veces lo he descrito como que el Universo decide, porque es así, tú no decides con quién, cómo y cuándo vas a tener sincronicidad con alguien, simplemente ocurre. Coincidencias, estar conectados, encontrarse en el laberinto… La sincronicidad pasa queramos o no y se va cuando quiere, pero este año he disfrutado de esa sincronicidad en varios momentos y ha sido maravilloso, quizás ese es realmente el sentido de la vida, esos “me acuerdos” que se crean a partir de casualidad y momentos inesperados con personas maravillosas.

Partiendo de esta teoría, y mezclando la del laberinto, creo que no es cierta la afirmación de que elegimos a nuestros amigos. A veces he conocido personas que me caían genial y que habría querido mantener en mi vida, sin embargo circunstancias, vidas o elecciones de la otra persona han hecho que no fuera así. (Aunque es curioso como con el tiempo descubres que era mejor que se alejasen). Otras veces somos nosotros los que decidimos quienes no pueden seguir siéndolo porque descubrimos características en ellos que no nos gustan (soy muy benévola con muchas cosas pero con la maldad no puedo), sin embargo y con el tiempo, son algunas personitas, que quizás al principio ni siquiera reparaste apenas en ellas (o sí, porque a veces conozco a personas y digo: “sé que vamos a tener una relación más estrecha, aunque no sea todavía”, y luego resulta que es así), las que conforman esos momentos ideales y le dan sentido a la sincronicidad, porque están ahí cuando más las necesitas, porque te llaman cuando necesitas hablar, porque te sorprendes diciendo cosas a la vez, porque te apetece el mismo plan, porque se os ocurren las mismas ideas, porque te proponen planes geniales justo cuando más te apetecen…
¿Y sabéis como podéis reconocer a estos seres mágicos? Pues porque siempre te hacen reír, porque cuando te ven te abrazan, porque te dejan ser tú misma, porque no se toman como un ataque la asertividad, porque cuentan contigo, porque para ellos eres importante, porque te van a decir las cosas como son pero con cariño, porque se preocupan por ti y te animan en los momentos bajos y festejan tus triunfos… pero hay algo que es infalible para reconocerlos, una idea que ya conocía de hacía años que resume bien lo que me hacen sentir esas personas, ¿qué es más importante, saber que cuentas con alguien o saber que ese alguien cuenta contigo? Es maravilloso cuando alguien nos apoya pero creo que es mucho más importante lo segundo.

Para este año que empieza, además de seguir trabajando de lo que me gusta (la verdad es que he tenido un año muy literario y espero que este nuevo año vaya por el mismo camino) de pedir salud y felicidad para mis seres queridos (que tan importante es) me gustaría poder seguir disfrutando de esa magia sincronizada, que en su día también llamé “momentos Amelie” sin saber bien que existía una palabra que definía esos instantes y que pueda compartirlos y disfrutarlos con vosotros.
Que 2017 os trate como os merecéis. Os quiero.
Las demás cartas:
Carta de despedida al 2015 (la teoría del laberinto)
Carta de despedida al 2014 (creer en uno mismo)Carta de despedida al 2013 (la de la teoría de los Planetas)Carta de despedida al 2012(la de las estrellas y los soles brillantes)Carta de despedida al 2011 (la de la blogosfera)Carta de despedida al 2010 (la de los me acuerdos)Carta de despedida al 2009 (la del balance del año por meses)Carta de despedida al 2008 (la de la teoría de los árboles)
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