Carta de Eduardo Inda a Pablo Iglesias

Publicado el 12 noviembre 2018 por Alejandropumarino

Adjunto reproduzco la carta firmada por el Sr. Inda a Pablo Iglesias después de que éste realizase unas declaraciones en las que acusaba al susodicho y a Federico Jiménez Losantos de sicarios de las cloacas. No tiene desperdicio.

Querido ‘Chepas’, perdón ‘Coletas’, perdón, Pablo Iglesias

Ésta es la macarril forma que emplearías tú para dirigirte a un disidente como yo. Más que nada porque, estalinista bolivariano como eres, te gusta adjudicar motes al discrepante o directamente catalogarlo por sus defectos físicos. Por tanto, repetiré mi salutación no sin antes pedirte disculpas por el experimento del titular.

Querido Pablo Iglesias:

Doy fe del nuevo recadito que me enviaste anteayer vía Twitter, con Federico Jiménez Losantos de augustísimo compañero de viaje. Tronco del alma de los golpistas como eres, transmitiste en tu vomitivo tuit tu “tristeza” por las peticiones de pena de la Fiscalía del Tribunal Supremo a los sujetos que perpetraron el 1-O el año pasado. Lo de siempre: hasta un niño de teta sabe que eres un colaborador de los delincuentes que perpetraron el segundo 23-F de nuestra democracia. Es, ni más ni menos, la prolongación de tu campaña de linchamiento y asesinato civil contra el cerebro de Esradio y Libertad Digital y un servidor. Campaña en la que figuran en primera posición de saludo periodistas de cámara como el autoproclamado “onanista” Risto Mejide, ese Roures a cuyo imperio el FBI acusa de sobornar a directivos de la FIFA y pobres hombres que quieren saltar a la fama a costa de Federico y de mí. “¿La ley es igual para todos en España? No. Mientras raperos y tuiteros son juzgados y condenados, sicarios de las cloacas como Inda o Losantos gozan de impunidad absoluta y privilegios”, apuntas en una clara calumnia e injuria que, obviamente, te costará la pertinente querella.

Mira, majete, tus amiguetes raperos han sido condenados por incitar al odio, por hacer apología del terrorismo y por soltar, entre otras salvajadas, un delictivísimo “mataría a Esperanza Aguirre, pero antes le haría ver cómo su hijo vive entre ratas”. Tu tronko y no menos delincuente Valtonyc sostiene en sus letras que “ETA es una gran nación” o que “hay que poner una soga en el cuello al Rey”. Hay que recordar que ETA es una banda terrorista que asesinó a 850 personas, mutiló o abrasó de por vida a centenares, extorsionó a miles y dejó huérfanos a miles de niños. Un iletrado totalitario como tú es incapaz de entender que en democracia no hay derechos absolutos, bueno, para vosotros sí y obviamente para los demás no. Como sucede en esas tiranías que tan bien conoces.

En el fondo, y en la superficie, estás reclamando que a Federico y a mí nos metan en la cárcel. Lo que quieres es convertirnos en los Leopoldo López o en los Ledezma españoles. Claro que tampoco descarto que alguna vez se te haya pasado por la cabeza el deseo de que nos ocurra lo mismo que a Fernando Albán, concejal de la oposición democrática venezolana al que arrojaron desde el décimo piso de esa KGB tropical que es el Sebin de tu jefe Nicolás Maduro. Así operan las dictaduras. Desaparecen ciudadanos. Inventan suicidios. Distorsionan la realidad. ¿Así funcionaríais vosotros si tomaseis el poder?

Lo que más te pondría es poder disfrutar en España de un artículo como el 58 de la Constitución Soviética. Seguro que desconoces este epígrafe porque la Facultad de Ciencias Políticas de Somosaguas en la que ¿estudiaste? es una ciénaga desde el punto de vista intelectual. Por si acaso, te contaré de qué va. Entró en vigor en 1927 y creó la tan etérea como despótica e infinita en términos prácticos figura del “enemigo de los trabajadores y la revolución”. De tal suerte que bastaba con colgarte ese sambenito en un tribunal para acabar en la cárcel, en el Gulag o ante un pelotón de fusilamiento. Servía también para confiscar las pertenencias de los disidentes de la dictadura comunista y las de sus familias. 

Lo de nuestra vinculación con las cloacas del Estado es un mantra que por mucho que lo repitas goebbelsianamente mil veces jamás devendrá en verdad. Pillín: aquí los únicos que os habéis reunido con fines espurios con el ex comisario Villarejo fuisteis el sin vergüenza fiscal de Juan Carlos Monedero y tú. Pronto contaremos con pelos y señales qué reclamasteis al policía ahora encarcelado. Mis citas y las de decenas de compañeros de la profesión con el personaje eran siempre para lo mismo: obtener información de manera legítima. Es el caso, por ejemplo, de alguien que conoces bien, Jesús Duva, director de comunicación del Ayuntamiento de Madrid y antaño buen periodista del diario El País.

Ni San Francisco de Asís, ni María Goretti, ni la madre Teresa de Calcuta, fueron precisamente las fuentes en el Watergate, en Filesa, en los fondos reservados, en las escuchas del Cesid, en el caso Gil, en Nóos-Urdangarin, en los sobresueldos de Génova 13, en la financiación en B del PP, en los sms de Rajoy a Bárcenas, en las cuentas en Suiza de Granados, en el dúplex de 496 m2 de Ignacio González, en el contrato de Neymar que provocó el adiós de Sandro Rosell, en el robo de Cristina Cifuentes, en las revelaciones de Corinna sobre las cuentas de Juan Carlos I en Suiza, ni tampoco en el Tesisgate de tu compañero de Presidencia del Gobierno. El periodismo de investigación exige, por razones obvias, verte con tipos cuya moral es la misma que la tuya. Por cierto: de esos 15 escándalos, nada más y nada menos que 13 los hemos destapado Manuel Cerdán y yo. El copyright tiene en algunos de estos episodios periodísticos un tercer padre: Antonio Rubio o Esteban Urreiztieta.

También exiges, entre líneas, el encarcelamiento de un José María Aznar al que tildas de “máximo responsable de la corrupción y culpable de una guerra criminal”. En este caso, como en el del arriba firmante y Federico, hay un tufo a vendetta. Venganza por los vapuleos dialécticos que te hemos metido. Cuando te sale ese gen de niño malcriado que habita en algunos hijos únicos se te nota. Y el día de la comparecencia del ex presidente Aznar en el Congreso de los Diputados la bilis te salía por la boca, las orejas, la nariz y todos los orificios que pueblan ese cuerpo tuyo con forma de J invertida. Aquella mañana de septiembre fue gloriosa: fuiste a por lana y te volviste trasquilado a tu casoplón de Galapagar.

A mí personalmente no me perdonas la cantidad de sinvergonzonadas que te he sacado. Especialmente, ese chaletazo cuyo perímetro se tarda en recorrer 7 minutos andando. No pierdo la esperanza de que algún día me concretes cómo conseguiste adquirir por 600.000 euros una casa cuyo valor de mercado se sitúa en torno al millón de euros. Cómo has satisfecho los 200.000 pavos que, mínimo, os ha costado rehabilitarla a Irene y a ti. Y también si pedirás perdón el día que asalten la casa de cualquiera de los vecinos de los seis pueblos que antes patrullaban los guardias civiles ahora dedicados a guarecer noche y día vuestra mansioncilla de burgueses capitalistoides.

Como tampoco estaría de más que me puntualizases si la cuenta en el paraíso fiscal de las Islas Granadinas, con 272.000 dólares regalados por el Gobierno de Nicolás Maduro, ha servido para financiar el chabolo de la piscina modelo Pablo Escobar Gaviria. No afirmo, sólo cuestiono con tanta humildad como cariño, querido amigo. Aprovecho también, si me lo permites, para rogarte que me cuentes cuánto tiene que ver en esta campaña fascistoide contra los que no comulgamos contigo la doble victoria que te he infligido en la demanda que me interpusiste por desvelar y publicar los documentos que acreditaban la existencia de esa cuenta offshore. Papeles cuya veracidad certificó hasta el entonces (mayo de 2016) presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup, ahora desmontada de iure y en cierta medida también de facto por tu jefe de filas, el narcoasesino Nicolás Maduro.

Permíteme un último consejo: deja de ser tan machista y tan cavernícola con las mujeres. Lo digo por tu bien. Nadie te lo dice porque todos, menos 10 ó 12 a los que jamás nos amordazarás, te tienen miedo. ¿Te arrepientes de haberte mofado de una periodista en rueda de prensa “por el bonito abrigo de pieles” que llevaba? ¿No te da vergüenza haber afirmado desde la tribuna de la Cámara Baja que Andrea Levy “se calienta” con tu diputado Miguel Vila? ¿Cuándo pedirás perdón por ofrecerle tu despacho “para que conozca” al susodicho? Otra cosa: ¿cómo puedes erigirte en el máximo defensor del feminismo el 8-M tú, sí, tú, que quitas a Íñigo Errejón de portavoz del grupo parlamentario para poner a tu compañera sentimental? ¿No te parece machistoidamente repugnante haber desplazado a la última fila detrás de la columna a Tania Sánchez cuando rompisteis vuestra relación?

En fin, leccioncitas ni una, chavalote. El machito alfa de una banda financiada por una dictadura como la venezolana que tiene 400 presos políticos, eso sí que son presos políticos y no tus socios golpistas, y otra como la iraní que lapida adúlteras y ahorca homosexuales, estaría en el extrarradio de la vida pública en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania o los ejemplares países escandinavos. Y, desde luego, los medios de comunicación no te harían ji-ji-ja-ja como irresponsablemente sucede en este país llamado España que quieres devolver a ese 36 de tan infausto recuerdo.

No podrás con nosotros. Para silenciarnos no te bastará con asesinarnos civilmente. O con intentarlo. Para lograr ese objetivo tendrás que asesinarnos físicamente. Y no creo que ése sea tu objetivo ni tu modus operandi.    

Quedo a la espera de tu respuesta. Mientras tanto, recibe mi más alta consideración:

Un abrazo.