Por José R. Cortés Criado.
En homenaje a Jacques Prévert que nació hace 114 años, la editorial Kalandraka ha publicado este buen libro publicado por primera vez en 1952. Esta nueva edición se presenta con el mismo formato y las mismas ilustraciones que el original.El cuento no ha perdido vigencia, parece escrito para criticar la sociedad consumista del siglo XXI. El lector descubrirá las acertadas reflexiones del Prévert sobre los abusos descontrolados del poder político y económico, que no duda en cambiar los hábitos de vida de la población, alterar el medio ambiente, corromper a los ciudadanos y vender falsas expectativas de una vida mejor y eliminar las libertades.Estas islas, las de Baladar, se llaman así porque nunca estaban quietas, nadie sabía a ciencia cierta dónde se hallaban y les dieron numerosos nombres, pero lo mejor de ellas es la calidad de vida de sus habitantes que despreciaban el valor del oro y defendían la amistad, la convivencia con su entorno y el cuidado de la fauna local.La placentera vida de los isleños se verá alterada cuando el gobernador del Gran Continente descubre sus riquezas y desea anexionarlas al continente por medio del Gran Puente de la Península que pronto llevará hasta Baladar al Gran Tesorero General del Cuerpo del Ejército del Tesoro y a la Gran Caja Registradora del Tesoro, todos ellos miembros de la Sociedad de la Península del Tesoro; estos nombres ostentosos y sin sentido son creados por el escritor para ridiculizar lo que quieren hacer creer que es el progreso, cuando no es más que pillaje y explotación de la población y de sus riquezas.Estos deseos de libertad y de rechazo de cualquier imposición imperialista hacen que Jacques Prévert escriba estas cartas cargadas de sentido metafórico y que, André François las dote de comicidad e ironía a base de dibujos esquemáticos mezclados con otros de trazo grotesco, donde el humos inteligente, la audacia y la denuncia se unen en perfecta armonía. Las ilustraciones son en blanco y negro, alternadas con manchas de color amarillo, símbolo del oro y de la riqueza.Afortunadamente este libro tiene un final feliz para los isleños, sin duda el deseo del autor, aunque las predicciones sobre las catástrofes que amenazaban a Baladar se han cumplido sobre otros muchos lugares del planeta Tierra.Se trata de un buen libro cargado de ironía y esperanza que hará pasar un buen rato a los lectores y los llevará a reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos.El libro se presenta en forma apaisada, imitando un sobre de las antiguas cartas usadas para el correo aéreo, lleva incluso su sello y su matasellos. Ha sido un acierto volver a editar este volumen conservando su aspecto original.