Carta de una madre a su hija fallecida en el accidente de Santiago

Publicado el 30 julio 2013 por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

Carolina Besada Garrido, que falleció a los 18 años en el accidente de tren de Santiago


Soy la madre de Carolina Besada Garrido, que falleció a los 18 años en el accidente de tren de Santiago. Me gustaría hacerles llegar este escrito y les agradecería que le diesen la máxima difusión.  Mi hija siempre me dijo que se sentía orgullosa de que fuese una luchadora y sé que no le hubiese gustado que me quedase callada. Esto es en homenaje a ella. A todas aquellas personas que ayudaron a nuestros seres queridos y a nosotros mismos en esos duros momentos quiero decirles que cada uno de sus gestos llenan de calor nuestra alma. Los que se sintieron conmocionados por lo ocurrido han de saber que su empatía nos da fuerza. Todos nos habéis recordado que el mundo está lleno de seres excepcionales. A los que, como nosotros, sienten dolor por su pérdida, les envío un abrazo sincero y todo mi cariño. Pensemos que están en paz y dejemos que el tiempo nos ayude a que su recuerdo nos inunde de amor. Gracias por todos los abrazos, besos y palabras de ánimo sincero que hemos recibido, incluso de personas a las que no conocíamos, anónimas o con “cargos”.
Y por último quiero dirigirme: a los que se creen “importantes” y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes, para “hacerse ver”, cuando llevábamos doce horas de angustia, sin saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso pésame porque su cargo o su partido se lo “exigía” (que sepáis que eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones “de arriba” y nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que prefieren “recortar” vidas a tener que renunciar a su coche oficial. Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.
Va por ti, mi niña. Fuente: Blog Noticiario del Nuevo Mundo. C. Marco