Cartas a mi bichito – IX

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Hola Bichito,

En la última carta que te escribí, ni siquiera sabía que estabas agarrándote fuerte a mí. De hecho, pensaba que ya me habrías dejado, porque el día de la transferencia me quitaron todas las ilusiones diciéndome que no tenías muchas probabilidades de implantación por tu lento desarrollo.

Esa calidad D cayó sobre nosotros como una losa, y qué betaespera más dura, jamás la olvidaré. Papá tocó fondo y yo tuve que estar al pie del cañón por él.

Pero decidiste quedarte con nosotros. Decidiste que querías seguir adelante, desarrollarte y crecer dentro de mí sin parar.

Falta muy poquito para conocernos y ese deseo de tenerte entre mis brazos aumenta por momentos. Pero no te mentiré, tengo miedo. Mucho miedo. Y supongo que serán los miedos típicos de cualquier madre primeriza o quizás sean más bien los de una madre que no lo ha tenido fácil para conseguir lo que aparentemente es muy fácil.

¿Seré una buena madre? ¿Sentiré ese vínculo famoso al verte la carita por primera vez?

Papá me dice que si quiero a tu hermana perruna de la forma en la que lo hago, es imposible que no quiera a mi propio hijo. Pero ya ves, una se lo acaba cuestionando todo, jeje.

Tu habitación está casi lista. Y aunque no la vayas a pisar porque te tendré bien cerquita de mí en nuestro dormitorio, me hacía mucha ilusión prepararla pensando en ti. Porque cada cosa que hago dentro de esa habitación, es siempre pensando en ti, imaginando tus ojos, tu piel suave y todos los besos que te voy a dar por ese cuerpiki de bebé regordete que a lo mejor tienes por culpa de la diabetes gestacional de tu madre ;)

Has heredado un montón de ropa de tus amiguitos de Valencia y de tus primos de Barcelona. Cada lavadora que he puesto y cada prenda que he doblado, lo he hecho con mucho mimo pensando que pronto estarás en casa con nosotros.

Hay mucha gente que tiene ganas de conocerte y además cuentas con 4 bisabuelos, 3 de los cuales se estrenan como tal. ¡Imagínate su ilusión!

Bichito, qué feliz me haces. Gracias a ti voy a cumplir un sueño que un día me pareció muy lejano, incluso alguna vez dudé de si lo conseguiría. Pero aquí estás. Pateándome a todas horas, poniéndote revoltoso cuando te digo algo o cuando tu hermana ladra (es muy pesada, lo sé). Vas a convertirnos en una pequeña familia de 4 y tenemos muchos planes y muchos mimos guardados para ti.

Disfruta de lo que te queda dentro de mi útero, que si, que se está calentito y tal, pero aquí fuera te lo vas a pasar de maravilla. Te lo prometo.

Te quiere, mamá.