A ello se unió que por la Semana Santa y ahora por el puente de mayo, que hay quien se ha concedido acueducto, la plantilla se ha reducido bastante porque lo que los que nos hemos quedado hemos tenido que trabajar más, y la pierna no ha hecho más que quejarse, el resultado, vuelvo a estar con corticoides, de nuevo en el fisio, y dopada para poder aguantar mis jornadas laborales. Creo que ahí tenéis un poco la explicación de porque este mes ha sido tan poco productivo en cuanto a reseñas, que no en cuanto a lecturas.
Hoy me he propuesto coger el toro por los cuernos y hablaros de una novela que ha hecho mis delicias, que confieso que no comencé con buen pie, porque la leía en el tren, y con tanto personaje me dispersaba, además pesa lo suyo y mis sufridos hombros elevaron queja formal para que aligerara el peso de mi bolso. Queja que por mi parte fue escuchada y terminé disfrutando la novela muchisimo, en el salón de mi casa, sentada en mi sofá y acompañada en ocasiones de algún zumito, té, o refresco... Una delicia vamos.
Creo que sobra, pero aún así os adelanto que me ha gustado, porque tiene todo lo que le pido a un libro, una trama atrayente, una ambientación lograda, unos personajes bien perfilados, atractivos y con personalidad propia, y que pueda aprender algo de ella... y en esta conozco un periodo de la historia de España y una faceta de un rey bastante denostado, que me eran completamente ajenos. Más entusiasta no se puede ser al principio de una entrada, espero que eso no me pase factura en algún momento.
El autor:
Nació en Alicante en 1962. Es escritor, periodista y guionista de televisión. Es uno de los creadores
Tras un año sabático en Brasil regreso con Los números del elefante, su primera novela. La justicia de los Errantes, en la que se narraba el viaje latinoamericano de los anarquistas españoles Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti en los años veinte del pasado siglo, fue su primera incursión en el género histórico.
Cartas a Palacio es su tercera novela.
Argumento:
Se acerca el año más triste que se recuerda en el viejo continente. La guerra ha estallado hace unos meses y avanza sin piedad, sembrando de muertos y heridos el corazón de Europa, cuando al Palacio Real llega una carta que remueve profundamente el ánimo de Alfonso XVIII: una niña francesa suplica su ayuda para dar con el paradero de su hermano, desaparecido en el frente. Conmovido por tal petición, el monarca emplea la diplomacia española para saber la suerte del hermano de la pequeña Sylvie, pero su acción navideña tiene consecuencias imprevistas y provoca la llegada de un alud de solicitudes a palacio.
Impresionado por la magnitud de la tragedia, Alfonso XVIII reune a un excepcional grupo de colaboradores entre los que se encuentran su intimo amigo Álvaro Giner, Manuel Campos, profesor de mecanografía y simpatizante anarquista, o Blanca Alerces, una joven aristócrata madrileña dispuesta a tomar las riendas de su vida. Con ellos, el rey pondrá en marcha la Oficina Pro- Cautivos donde, gracias a la ayuda de funcionarios y diplomáticos, buscarán el modo de dar respuesta a todas esas familias rotas por la guerra, desesperadas por encontrar a sus seres queridos.
Inspirada en un hecho real, Cartas a Palacio recrea un momento histórico fascinante. Una ambiciosa novela en la que se mezclan el amor y la guerra, reyes y anarquistas, ambientes aristocráticos y humildes, el frente de batalla y el bullicio de las ciudades. Una emocionante novela coral de héroes anónimos, que con su compromiso llevaron a cabo una misión extraordinaria.
Mis impresiones:
Si tuviera que definir esta novela con pocas palabras, diría que es una novela de contrastes, de fuertes y duros contrastes, que nos hacen tener una visión muy amplia de lo que se estaba gestando en las primeras décadas del siglo XX en Europa, con una guerra que se preveía corta y con a penas bajas y que supuso un gran sangría. Y aunque la posición de España estratégicamente fue neutral por su poco peso militar tras los desastres sufridos con la perdida de las colonias de ultramar, en el terreno diplomático hizo cuantas gestiones estuvo en su parte para minimizar el gasto de vidas humanas en los campos de prisioneros.
Ambientación:
En el párrafo anterior ya he encuadrado un poco el periodo en el que transcurre la historia, y cual fue el papel de nuestro país. Sin embargo pienso que vale la pena dedicar un apartado a este tema en particular, porque nos encontramos a mi modo de ver ante una novela compleja, no en cuanto a su lectura, si no en cuanto a su escritura, al andamiaje que la sustenta. Y baso esta afirmación en la multitud de palos que toca, en los distintos escenarios en los que transcurre, en esos contrastes en los que hacía hincapié y que nos lleva de la opulencia a la pobreza, de la aristocracia y la monarquía al anarquismo, del Palacio de Oriente y los barrios ricos a las chabolas de Las Injurias.
Comienzo por nuestro país, en aquel momento gobernado por Alfonso XIII, un rey muy denostado, mujeriego, al que se le achaca la ruina de España, la pérdida de las últimas colonias... Un monarca poco querido en la historia y que sin embargo tuvo la sensatez de obviar las decisiones de los militares, reconocer que el país no estaba preparado para una guerra en la que no tenía ninguna posibilidad de salir bien librado, y ahorrarle sufrimiento a una población que ya de por sí pasaba hambre y arrastraba miserias. A pesar de que el la principal guerra la tenía en casa representada por su madre y su mujer, la primera representante de la casa de los Austrias que quería España se alineara en el bando germanófilo, la segunda de origen ingles pretendía que su majestad apoyara a los aliados. Dada la situación económica del país y la familiar, lo más inteligente fue optar por la neutralidad.
Nuestro país no fue el único que se mantuvo neutral, también lo hizo Suiza, y ambos se ocuparon de velar porque los contendientes respetaran los derechos de los ciudadanos. La novela nos presenta un Alfonso XIII cercano, un hombre al que le gustan las mujeres, pero no por ello descuida a su familia y su mujer, un hombre que se preocupa por el dolor de aquellos que han perdido el contacto con sus familiares que luchan en el frente, que paga de su propio bolsillo una oficina para dar respuesta a tanta búsqueda, y que pone a sus diplomáticos a trabajar por el bien de los prisioneros de ambos lados. Un hecho real poco conocido, que ha hecho mis delicias, porque he sido capaz de meterme en la piel de esos hombres y mujeres, que se leían la correspondencia, buscaban en listados, bajas, heridos, y prisioneros y que se alegraban cada vez que una encontraban una coincidencia y podían dar una noticia positiva a un familiar angustiado.
Supongo que tan poca cosa no sirve para reivindicar la figura de un rey que la historia no ha tratado demasiado bien, pero a mis ojos y a pesar de sus muchas carencias porque cuando uno nada en la abundancia no es capaz de meterse en todos los zapatos, creo que al menos se le puede dar una pincelada de luz entre tanta sombra.
Mientras el rey establece la neutralidad, los poderosos hacen negocios con ambos bandos enriqueciéndose a costa de subir los precios en España, que la población pase hambre y ese es el caldo de cultivo que necesitan los anarquistas para actuar, para manifestarse si es que se puede llamar de esta forma, para reunirse clandestinamente y para intentar terminar con la figura del rey que para ellos encarna todos los males. Y si la aristocracia y la monarquía se pasea por las zonas altas de la ciudad, los anarquistas y los desheredados lo hacen por las bajas, por las insalubres, por la zona de las sombras. Y ambos mundos están muy dibujados, con guante blanco diría yo, tanto el boato como la miseria y podríamos decir que también tiene sus representantes en los personajes que desfilan por esta novela, que podríamos denominar coral.
En el bando de los afortunados estarían el Rey, Alvaro Giner, y Blanca Alerces para citar a los personajes más importantes.
En el de los desheredados, Manuel Campos, su amigo Miguel Segura, La murciana...
Y en tierra de nadie, en aquello que podríamos llamar burguesía, colocaría a Elisa y a su hermano Gonzalo Fuentes, ambos personajes bastante importantes.
Una novela Coral
Ya hemos comentado que nos encontramos ante una novela con una gran profusión de personajes, todos y cada uno de ellos bien perfilados, con su atractivo, con su personalidad, con sus penas y sus glorias, con sus amarguras y sus dichas. Personajes que sienten y viven, que a mi modo de ver no te dejaran indiferente, los podrás odiar, los podrás amar, pero creo que en ningún momento te dará igual que pase con ellos. A mi me han hecho desarrollar filias y fobias, cambiar de parecer con respecto a uno y otro en nombrosas ocasiones, sentir deseos de zarandearlos, de pedirles explicaciones, de darles un empujoncito para que se centraran, para que lucharan, para que abrieran los ojos a la realidad. Y a pesar de que son muy numerosos, y que hacen su aparición en los capítulos sin seguir una estructura trazada, llegan a ser tan familiares para el lector que los ubica con poco esfuerzo en su escenario.
Por lo que he comentado sería casi imposible hacer un análisis de todos y cada uno de ellos, así que me voy a quedar con unos pocos, los que a mi por un motivo u otro han conseguido llegarme más adentro, me han conmovido en el buen sentido o en el mal sentido... aquellos que me han arrancado un sinfín de emociones y que junto a un episodio para mi desconocido han hecho que esta novela me haya gustado más de lo que esperaba al principio.
Blanca Alerces: Para mí la verdadera protagonista, una mujer adelantada a su tiempo, afortunada de nacimiento en el seno de una familia nombre, una mujer de mundo gracias a los destinos diplomáticos de su padre que le han abierto las miras, hasta el punto de no conformarse con ser una mujer florero, que consienta las infidelidades de su marido, porque los trapos sucios se lavan en casa. Una mujer que no duda en tomar una decisión que la marcará en un futuro y que sin duda hará daño a su familia, y a ella misma por no medir las consecuencias. Una mujer que después de rechazar un matrimonio sin duda conveniente por estatus social, pero nada por humanidad decide ponerse a trabajar sin tener en cuenta su condición social. Para mi es el personaje que más evoluciona a lo largo de toda la novela, porque la pobre niña rica, es capaz de ponerse en la piel de aquellos que sufren...
Elisa Fuentes: La mejor amiga de Blanca cuando comienza esta historia, una serie de hechos las separaran de forma definitiva, si la evolución de Blanca es positiva, la de Elisa es todo lo contrario, se transforma en un ser egoísta que pierde la razón y es capaz de hacer daño a las personas que la quieren.
Carmen: Una gitana de Sevilla, casada por el rito calé con un pintor francés que ha marchado al frente. Después de salir del clan y verse obligada a la marcha de su marido a regresar a él se da cuenta de que no puede vivir de nuevo esa misma vida, decide escaparse, viajar a Madrid y desde allí buscar noticias de su marido. La vida para esta mujer no será nada fácil tendrá que instalarse en Las Injurias, trabajar para mantener a su hijo e incluso prestarse a cosas que jamás hubieran entrado en sus planes. Carmen para mí ha sido todo un descubrimiento.
La Murciana: Sin entrar a juzgarla puede que sea el personaje que al final menos me ha calado, y más me ha decepcionado. De ser verla como una heroína, me cayó del pedestal y se me hizo este en miles de pedazos, tanto que la verdad no acabé de disfrutar del personaje a pesar de la gran labor que realizaba en el barrio marginal.
Como os habréis dado cuenta tengo predilección por los personajes femeninos y por ellos he comenzado, sin embargo el elenco masculino no le va la zaga
Carlos de la Era: comienzo por el personaje que me ha sido más antipático, por el único que el autor no ha hecho ningún esfuerzo por redimir. Por el novio despechado que saca lo peor de sí mismo para hacer que la mujer que lo plantó delante del altar lo lamente todos los días de su vida, para ello no duda en jugar con los sentimientos de cualquier mujer de su entorno, hacer el mal es su prioridad y las tornas se volverán en su contra, quizás lo único positivo es la justicia poética que al final se hace con él.
Alvaro Giner: Quizás este sea el personaje más amable, un hombre integro, aristócrata, amigo personal del Rey, pero con valores. Un personaje sumido en una serie de contradicciones entre el deber y los sentimientos. Un trabajador incansable, dispuesto a sacrificar su tiempo, e incluso su integridad física. También es un personaje que evoluciona en sentido positivo.
Manuel Campo: Para mi el personaje masculino por excelencia, no se si es el que el tiene mayor peso, pero si es el que a mi más me ha impactado. Anarquista de convencimiento, no comulga con las formas de actuar de sus compañeros. La vida lo pone en una encrucijada al tener que trabajar codo a codo con el Rey. Discernir quien es y donde está le resulta complicado, asumir sus sentimientos una locura, atender a las peticiones de sus compañeros de filas simplemente inaceptable... Manuel es un personaje que enamora, con el que apetece pasar el tiempo, al que gusta escuchar y participar de sus tribulaciones.
Gonzalo Fuentes: El hermano de Elisa, la mejor amiga de Blanca, y de su mano entra otro tema que para la época debió ser controvertido, la homosexualidad, los locales clandestinos, las relaciones fijas o esporádicas escondidas, las palizas.... A Gonzalo se le aprende a querer, a entender e incluso a admirar a lo largo de la novela.
Y como ya he comentado antes, no son todos los que son, pero si todos los que a mi me han impactado de un modo u otro, quizás dejarme a Marcos, o Luis Segura sea un delito que pocos que hayan leído la novela me querrán perdonar, pero es que si resalto estos de su mano vendrán otros y otros más, y en algún momento debía finalizar este análisis.
Temas:
Puede que al encarar este apartado me repita un poco, pero es que creo que se me quedan cosas en el tintero y a modo de esquema me gustaría plantearlos.
La liberación de la mujer... Estamos en una época en que la mujer esta bajo la tutela del padre, hasta que pasa a la tutela de su marido, es poco más que un florero que sirve para dar placer a su marido, o mejor podríamos decir hijos, porque lo primero se lo procuran con amantes, y acompañarles embelleciéndolos a cualquier acto social. Blanca decide que ese no es su camino, por ser una señorita de clase alta no tiene porque no estar preparada, trabajar, poder elegir un marido que la respete por quien es, por como es y no por su riqueza y por su titulo nobiliario.
Pero si ella lo representa en la clase alta, en las bajas este exponente lo tenemos en Carmen, la gitana que decide no someterse más a la voluntad de su hermano como jefe del clan, a la Murciana que lucha para que las mujeres de Las injurias y las que acuden a ella puedan decidir sobre su cuerpo, sobre su historia, sobre la forma de cuidar a sus hijos.
En el lado contrario en el de las tradiciones, y el sometimiento al marido podemos encontrar a Elisa.
La guerra... Vista desde la trinchera, y desde las casas de los familiares que esperan noticias. Pero no es una guerra de estrategias militares, es una guerra de seres humanos, que no entienden porque luchan, que hacen en aquellas trincheras esperando a que los maten o a que se les presente la posibilidad de matar para salvar la vida. El máximo exponente es un personaje que no he resaltado Jean Marie Huguet, el marido de Carmen, gracias a él las trincheras son más humanas, nos refleja el miedo, las miserias las ilusiones de esos soldados que fueron movilizados a la fuerza, en contra de su voluntad y que por el camino lo fueron perdiendo todo, algunos incluso la dignidad.
Los campos de refugiados... Si hay una cosa que me ha gustado de esta novela es que el autor no demoniza a ninguno de los dos bandos, en ambos se cometieron locuras, se torturo a los prisioneros se los uso en beneficio propio, se los alimento mal, se les obligó ha hacer trabajos forzados.
El movimiento anarquista en España, de la mano de Manuel Campos, Luis Segura y en ultima instancia de Marcos, un fiel reflejo de la clandestinidad en el que se movían y respiraban sus miembros, el caldo de cultivo de la guerra, y las exportaciones hacía el exterior que desabastecieron el mercado español.
La homosexualidad: quien crea que es una moda de hoy en día, por llamarla de alguna manera, que los lugares de ambiente son de lo más novedoso, se equivoca, y aquí tenemos a Gonzalo Fuentes y a Frank Heimer para contárnoslo de la primera mano, sin morbo, los sentimientos son lo realmente importante en este tema.
Y por supuesto el tema estrella La Oficina Pro-Cautivos el trabajo que desarrollo para aliviar a las familias que tenían a sus hijos en el frente, primero con noticias sobre su paradero, después logrando liberaciones e intercambio de prisioneros.
Y no nos podemos olvidar que nos encontramos ante una novela de AMOR, que no romántica, formada por dos hombres y una mujer, Blanca Alerces divida entre los sentimientos de dos hombres, Manuel Campos y Alvaro Giner, y dos hombres enamorados de la misma mujer. Pero no es la única historia, también encontraremos la obsesión de Elisa por Carlos de la Era, el amor del padre de Blanca por la flores de su jardín, el de Gonzalo Fuentes por Frank Heimer, el de Carmen por Jean Marie y más tarde por Diego, el de La Murciana por Manuel Campos...
Historias que se entrelazan, se tejen y destejen para construir una novela que a mi me ha gustado, me ha entretenido y me ha enseñado. Quizás si tuviera que ponerle algún pero, es ese optimismo final en el que casi todo sale a pedir de boca, hay sombras claro que las hay, en cualquier novela que se precie las hay, pero al final el regusto que se me ha quedado en varias historias es el de un cuento de hadas, fueron felices y comieron perdices, pero eso no empaña el trabajo que ha hecho con el resto de la novela.
Estructura y estilo:
Después de todo lo que llevo hablado solo me queda hacer una breve mención, so riesgo de aburriros en exceso y que dejéis de leerme, si no habéis hecho ya, a la estructura del libro y al estilo del autor.
El libro esta estructurado en 13 largos capítulos, y dentro de estos a su vez vamos a encontrar las distintas historias separadas por asteriscos, de forma que tenemos siempre una visión completa de los hechos, desde todos los puntos de vista posibles. En cada una de las historias es el personaje que la protagoniza quien toma la palabra, generalmente en primera persona, aunque hay descripciones en tercera y una gran profusión de diálogos que le dan profundidad y agilidad a la trama. De ahí que la historia se vaya escurriendo entre los dedos independientemente de las filias o fobias que despierten los personajes en el lector.
El epilogo sirve para ir cerrando flecos, para dar fin a historias o hechos que se quedaban abiertos o un poco en el aire. Y al menos yo cuando la termine fui incapaz de empezar otra lectura, me había quedado huérfana, necesitaba a Manuel, a Blanca, a Alvaro, a Marcos, a Alicia, a todos y cada uno de los personajes que me habían acompañado durante mis tardes de reposo después de cargar la rodilla por la mañana. Y aún hoy cuando ha pasado un tiempo desde que lo finalicé me sorprendo pensando en sus personajes, en lo que me hubiera gustado trabajar en esa oficina pro cautivos, ayudar a las familias a encontrar a sus hijos, maridos... en el frente, en los campos de prisioneros, en las enfermerias...
Conclusión
No conviene más alargar esta opinión, ya se que para gustos los colores, que ha habido blogueros a los que esta historia no les ha convencido, no creo que sea la mejor novela que leeré este año, sin embargo si que tiene muchos puntos para estar en el top ten. Me hubiera gustado un final menos de cuento de hadas, pero tampoco este es demasiado dulce, ni inverosímil.
Ya solo me queda recomendaros la lectura de esta novela, dedicándole tiempo porque ni su peso, ni la cantidad de personaje que pululan por ella la hacen idónea para el disfrute en transporte público.
Retos:
1914
1ª Guerra Mundial
25 españoles