Cartas a una extraña

Publicado el 11 agosto 2015 por Aleon @Aleonpizarro
de Mercedes Pinto Maldonado.

Título: Cartas a una extraña.Autora: Mercedes Pinto MaldonadoEditorial: Autopublicado en AmazonPáginas: 349 (estimación)
Resumen oficial.
Berta regresa a la casa familiar, donde nunca deseó volver, para hacerse cargo de la herencia de su madre, una mujer oscura y controladora que convirtió su infancia en un infierno. Asediada por los recuerdos, decide liberarse de los fantasmas del pasado desenredando la madeja de engaños de doña Alberta y su primogénita y devolviendo la libertad a su última víctima, cuyas cartas sin abrir, ocultas en el desván hasta que da con ellas, le llegan al corazón. 
Pero hay quienes no se alegran de la decisión de Berta y pronto se ve inmersa en un camino de trampas que puede hacer peligrar su vida.
Impresión personal.
En general, Cartas a una extraña es una novela que me ha gustado mucho pero he tenido durante su lectura sentimientos encontrados, unos más claros que otros, y además me han quedado en el aire un montón de preguntas que tienen que ver con la lógica del argumento y otras un poco más ¿metafísicas? que se relacionan más con mis inquietudes personales.
Ya digo, y lo repito para que se me entienda bien, he disfrutado de esta novela, entre otras cosas porque me encanta como escribe Mercedes. Es de esas escritoras que, aunque la temática no te llame nada, te embelesa con su prosa y acabas haciéndote fan de los protagonistas y las historias que cargan. Además, es una escritora que se arriesga plenamente con la primera persona y eso hace que los personajes principales se identifiquen por si mismos, con el riesgo que eso conlleva. En este caso, los que me conocéis un poco, sabéis que a mi esto de las historias de amor no me atraen nada. Soy más bien de naturaleza arisca y aunque dice el refrán que "a nadie amarga un dulce" a mi los dulces me empalagan enseguida. Por eso, aunque me ha encantado la manera en que está escrita la historia de amor que motiva el título de la novela, lo cierto es que me ha resultado muy empalagosa y excesivamente cargante. No quisiera yo un Saúl así en mi vida por nada del mundo y no acabo de entender como alguien tan sumamente sensible ha podido dejarse manipular por una Yolanda a la que se nos describe como insensible, pérfida, manipuladora y, por todo ello, inteligente. Una "lista" que comete el ¿error? de dejar a su hermana todas las posesiones de su madre a pesar de lo que éstas esconden. Esa es una de mis preguntas detectivescas a la que no he podido responderme. Demasiado lista y demasiado torpe a la vez, no sé si me explico.
Por otra parte, la historia de intriga y misterio, casi de novela policíaca, con detective incluido me ha parecido muy interesante en relación con la cantidad de misterios familiares que rodean a todos los personajes. Realmente he leído la novela muy rápido porque quería conocer qué había pasado, quién o quiénes eran las culpables, los motivos de tantas desapariciones y ocultaciones, pero, si bien el ritmo de la novela, ha sido bastante adecuado a la mezcla de dos tramas independientes (la historia de amor y la investigación de los hechos del pasado), el final me ha resultado muy precipitado. Me han quedado muchas preguntas sin contestar, muchos flecos sin coser y muchas cuestiones sin cerrar, así que me he quedado un poco con "la miel en los labios" pensando que, sin duda, Mercedes responderá a mis preguntas mentales con una segunda parte de la historia.
Cartas a una extraña es la historia de una familia y ¡vaya con la familia!. Me hubiera encantado conocer más de Yolanda y, sobre todo, de Doña Alberta. Sus motivos me han ido esquivando durante toda la lectura. Puedo creérmela, pero me hubiera gustado saber por qué es cómo es, por qué de sus odios, de su soledad, de sus miedos al que dirán y, sobre todo, por qué de esa indiferencia hacia sus propias hijas.
Me ha encantado la forma en que Mercedes nos mantiene con las dudas sobre Teresa. Qué maestría!!! Me he pasado media novela pensando sobre este personaje, unas veces colocándolo en un bando y otras en otro, mientras los hechos me pasaban rozando sin que yo me percatara. Es otro personaje del que me gustaría saber más, aunque esto es más un tema personal mio que necesario para la novela. A pesar de desentrañarse el misterio en torno a ella, sigo con muchas preguntas sobre su vida y su comportamiento de doble sentido.
Evidentemente, la gran protagonista es Berta, una superviviente al desamor, al maltrato psicológico y al abandono materno y familiar. Un personaje que aparentemente comienza con seguridad su retorno al hogar familiar, que se desinfla día a día para ir de nuevo creciendo a medida que va leyendo las cartas y una chispa de esperanza se va abriendo camino. Aunque ha sido necesario para el desarrollo de la historia, su relación con el personal de su negocio en Inglaterra me ha resultado algo escaso, teniendo en cuenta que ha sido allí donde consiguió resurgir y que es la responsable última del negocio. Una relación demasiado parca para la responsabilidad que ella tiene, pero ya digo, seguramente necesaria para el desarrollo de la trama central de la novela.
Por último, (nunca lo diría) me ha encantado el papel que en la novela se le da a Aris, el gato. Resulta tan curioso como real el gran papel que juega el gato en los momentos más críticos que pasa Berta. Aris es capaz de darle sosiego, tranquilidad y hasta ese punto de preocupación que tienen las personas sin responsabilidades algunas sobre lo que significa cuidar a un animal. No sé si Mercedes tiene gato o lo ha tenido pero consigue, sin duda, transmitirte el sosiego que dan estos animales con su deambular lento y parsimonioso. 
En conclusión, Cartas a una extraña es una historia familiar llena de misterios e intrigas, de amor y también de odios, pero sobre todo, una historia de mujeres donde los hombres son meros consortes de sentimientos encontrados que chocan sin remedio. Espero que una segunda parte consiga dar respuesta a preguntas que se me quedaron en el aire.