Cartas desde Cuba (Fragmento)

Publicado el 24 enero 2012 por Nicopasi
 "Las damas criollas, o sea, nacidas en la isla, no se defienden del sol ni del viento; no lo necesitan tampoco. Después del mediodía, cuando la brisa llega del mar, el aire no está caliente, ni el sol quema aquí como en el continente. La piel de las criollas es pálida, pero no enfermiza: tiene un color de olivo claro que, junto con los bellos ojos negros, pero dulces, ofrece un aspecto muy agradable. Se ve a los curas a pie, con sus grandes manteos y sus enormes y curiosos sombreros. La mayoría de las gentes en las calles son negros y mulatos; también en las tiendas se ve a los mulatos, especialmente en las tabaquerías. Por todas se ve fumar tabacos, sobre todo unos pequeños llamados “cigarritos”. La población de color parece que se emborracha con el humo del tabaco. A menudo veo a los negros y a los mulatos delante de las tiendas, medio dormidos, con un tabaco en la boca. El calesero, cuando espera delante de una casa, se apea, se sienta cerca del carruaje, fuma y cierra los ojos al sol. Pero ¿adónde se va todo el humo? ¿Cómo puede ser? Debe de absorberlo el aire del mar."
Fredrika Bremer