Hay muchos libros de este tipo (otro día hablaré de Jorge Sánchez, sus aventuras y sus libros -todos fantásticos-, y de Albert Casals y La vuelta al mundo en silla de ruedas) abordados desde múltiples perspectivas.
En el caso particular de Víctor, su trayecto transcurre básicamente entre África, en una primera etapa, y Latinoamérica, en una segunda. El paso de un continente a otro se realiza a través de un velero con un japonés que navegaba sólo y les aceptó como tripulación, a él y su acompañante.
La primera parada después de salir de España (el 2 de enero de 2006) fue Egipto, seguido de Uganda, Kenia, Tanzania, Malawi, Mozambique, Zambia, Zimbabwe, Botswana, Namibia, Sudáfrica. De ahí hasta Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Perú... En la planificación del viaje (así se recoge en su blog: http://www.aborigenes.net/) debería haber continuado por otros países de Latinoamérica, Oceanía y Asia, pero en el libro se detiene en Buenos Aires (Argentina), donde se establece en septiembre de 2007. En octubre escribía: “Hace un mes regresé a Buenos Aires. Detuve el recorrido prefijado por deseos propios, por gusto y felicidad interior. No abandonaré la web, ni dejaré de colgar fotos y cartas. Ahora hablaré de mis días por esta tierras, de mis viajes por los alrededores: Punta del Este, Península Valdés para avistar ballenas, el Valle de la Luna,... Hablaré de los nuevos proyectos ya comenzados como escribir un libro y otros por comenzar, como el desarrollo de una fundación que se centrará en la educación de nuevas generaciones en determinados países. Escribiré sobre mis días en Buenos Aires, sobre muchas experiencias vividas durante el viaje y que aún no me ha sido posible compartir con todos vosotros”.
A lo largo de las páginas Víctor va relatando su experiencia personal. El libro se nota que está escrito desde el alma. Eso se percibe enseguida. Cansado de la rutina, Víctor (junto a Lorenzo del que posteriormente se separa) decidió un día poner en práctica eso de que “el camino más corto para encontrarse a sí mismo es dar la vuelta al mundo”. El cuerpo le pedía libertad, y como decía Don Quijote, “la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no puede igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. En un momento del libro Víctor apunta: “El día que te despiertes en un parque maravilloso y desconocido, el día que no recuerdes la fecha en que vives, ni siquiera tu nombre, ese día serás realmente libre”.
Como en todo viaje de este tipo, las dificultades y los obstáculos son inevitables, sobre todo en el continente africano en el que todo adquiere otra dimensión y tuvieron que lidiar con distintos inconvenientes, algunos de ellos surrealistas y otros que no fueron capaces de sortear.
Todas las cartas del viaje, de cada uno de los sitios por los que pasa, además de en el formato libro, se pueden leer en su blog: http://www.aborigenes.net/cartas. No quiero revelar más detalles.
El libro está repleto también de citas y frases. Algunas de ellas son:
– No he nacido para un solo rincón, mi patria es todo el mundo. Séneca.
– El que no ha salido de su país está lleno de prejuicios. Carlo Goldoni.
– La aventura puede ser loca, pero el aventurero debe ser cuerdo. Chesterton.
– Si te pareces a la foto de tu pasaporte es que no has viajado lo suficiente.
– He descubierto que no hay forma segura de saber si amas u odias a alguien hasta que haces un viaje con él. Mark Twain.
– Los marineros tienen una máxima que dice: Si no crees en Dios, el tiempo y la mar te enseñaran a creer en él.
– El viaje que no te cambia, que no te hace evolucionar, no es viaje.
– Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto. León Daudí.
– Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente. Stendal.
– Protegedme de la sabiduría que no llora; de la filosofía que no ríe; y de la grandeza que no se inclina ante los niños. Khalil Gibran.
– Nuestra naturaleza es el movimiento, la calma absoluta es la muerte. Pascal.
– Me arrepiento de los pecados que no he cometido. Lord Byron.
– La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible. Arthur C. Clarke.
– Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza hablar mientras el género humano no escucha. Víctor Hugo.
– Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna. Antoine de Saint-Exupery.
– Ojo por ojo y el mundo acabaría ciego. Ghandi.
– Donde mora la libertad, allí está mi patria. Benjamin Franklin.
– La verdadera sabiduría es reconocer la propia ignorancia. Sócrates.
– Uno debe ser tan humilde como el polvo para descubrir la verdad. Ghandi.
– Travel is fatal to prejudice, bigotry, and narrow-mindedness, and many of our people need it sorely on these accounts. Broad, wholesome, charitable views of men and things cannot be acquired by vegetating in one little corner of the earth all one’s lifetime. Mark Twain.
– Twenty years from now you will be more disappointed by the things you didn’t do than by the ones you did do. So throw off the bowlines, sail away from the safe harbor. Catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover. Mark Twain.