Sunat solicita a los contribuyentes documentos, hace visitas e incluso estaría determinando impuestos que deberían hacerse en una fiscalización.
El Tribunal Fiscal ha establecido como tendencia, en sus resoluciones, que ante un requerimiento general que realice la Administración Tributaria relacionada con el cálculo o determinación de un tributo, se constituye el inicio de una fiscalización pese a que la Sunat no lo haya establecido específicamente, señalaron fuentes consultadas.
Por ello, la Sunat con esta actuación podría verse perjudicada, pues los contribuyentes podrían válidamente alegar que los están fiscalizando mediante una queja ante el Tribunal Fiscal (y no responder a la esquela).
O, incluso, podrían por el contenido de la esquela requerir el inicio formal de la fiscalización ante la propia Sunat, y tampoco contestar el requerimiento, acotaron.
Importante
Fuentes de la Sunat señalaron que una acción inductiva busca que el contribuyente conozca las inconsistencias detectadas. Para que, de ser el caso, en forma voluntaria las reconozcan y se acojan al régimen de gradualidad. Ello no se podría realizar en una fiscalización, aseveraron.
Los especialistas de Sunat precisaron a Gestión que pretender normar la inducción sería considerarla como un proceso de fiscalización, y ello no es correcto, pues se busca que un error en forma voluntaria se regularice.
Tampoco, aseguraron, sería conveniente regularla como un proceso inductivo, pues desde más de diez años funciona este sistema y no hay inconvenientes, apuntaron.
Sin embargo, otras fuentes consultadas por Gestión aseguraron que resulta contradictorio que exista una multa en el caso de no cumplir con los requerimientos solicitados por la Sunat, si es que realmente se trata de un proceso voluntario.
O que la base legal a la que se remite la Sunat para requerir al contribuyente es la facultad de fiscalización, por lo que no resulta clara la regulación, concluyeron.
Se busca beneficiar al contribuyente
90% de rebaja en multas. Fuentes de Sunat señalaron que las cartas de inducción se realizan desde hace diez años a personas naturales y empresas, y tienen como objetivo dar a conocer a los contribuyentes los posible errores detectados por la Administración, y de ser el caso brindarles la posibilidad de acogerse al régimen de gradualidad en las multas, cosa que no se podría establecer dentro de un proceso de fiscalización.
Opinión
Falta regular la inducción
En beneficio de la Sunat se debe regular el proceso de inducción.
No es criticable el mecanismo como herramienta de control de la evasión y ampliación de la base tributaria.
Pero todo sería mucho mejor si esto estuviera reglamentado como una estructura de fiscalización inductiva distinta de la que ya está reglamentada como procesos especiales a los cuales la Sunat podría recurrir sin necesidad de realizar una fiscalización integral, y establecer respecto de ello facultades para la administración, obligaciones y las infracciones a los contribuyentes. La Sunat estaría mejor dotada y evitaría contradicciones.
Diario Gestión (21.11.2011)