NUNCA en la historia del mundo, los accesorios de la vida civilizada ordinaria se encontraron con una prueba de su calidad esencial durante la Guerra. Todo el esfuerzo nacional en todos los países beligerantes fue organizado y dirigido para servir a un solo propósito de suprema importancia. Este propósito a su vez sirvió como piedra de toque para resolver lo que fuera útil y valioso en las cosas cotidianas, y moldeó los elementos seleccionados en armas de inmenso poder. El cartel, hasta ahora la exitosa servidora del comercio, fue inmediatamente reconocido como un medio de propaganda nacional con posibilidades ilimitadas. LEER MÁS »
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