Recuerdo vivamente los primeros días en Cáceres de mi compañero y amigo Enrique Santos Unamuno, profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada aquí. Fue hace ya quince años. Él venía de Milán, en cuya universidad había sido lector de lengua y cultura españolas. Había estudiado Filología Hispánica en Salamanca —lógico— y allí se doctoró con una tesis dirigida por Ricardo Senabre sobre Jorge Luis Borges e Italo Calvino que, años después, convirtió en un libro publicado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura. No sé cuánto tiempo seguiremos orgullosos por la presencia de Enrique entre el claustro de profesores de nuestra universidad; inquieto y rampante como el personaje del barón de su estudiado italo-cubano, no me lo imagino aguantando carros y carretas de esta empanada de formalidades superfluas en la que están convirtiendo la enseñanza universitaria unos pocos con poder. Y es que en el tiempo que lleva este profesor en nuestra UEX han sido diversos los proyectos y propuestas de carácter científico que ha promovido. Entre los más recientes y activos, los que han surgido del grupo CILEM que dirige, sobre «Lenguas y cultura en la Europa Moderna: discurso e identidad», que, ahora, junto a otro proyecto de investigación de la Universidad de Santiago de Compostela —dirigido por Fernando Cabo Aseguinolaza— y el grupo de Desarrollo Sostenible y Planificación Territorial de la UEX, se concreta en otra propuesta interdisciplinar. Esto es. Durante dos nutridas jornadas, mañana jueves 19 y el viernes 20, va a desarrollarse en Cáceres (Salón de Actos de la Biblioteca Central de la UEX) el congreso internacional Las humanidades ante el giro cartográfico. Influencias y confluencias entre geografía y estudios literarios. Ponentes invitados de varias universidades e instituciones extranjeras (Zurich, Viena, Roma, Lancaster) y otros participantes de Santiago de Compostela, de Huelva, de Extremadura, abordarán el uso de modelos geográficos en el ámbito cultural contemporáneo, y específicamente en el literario. Tomemos nota: del París de Rayuela o la Galicia de Pardo Bazán, hasta Las Hurdes o la Ribera del Marco de la ciudad de Cáceres.