Una casa de té con todas las letras... o con su propias letras, Chez Pauline maison de thé.
De afuera es chiquito y disimulado, como me gustan. De adentro, té... por todos lados, té.
Té para llevar, para regalar, para degustar...
Terminamos almorzando muy rico, pero como los días empiezan a ser un poquito más calurosos (aunque hoy estoy con Estela, primavera lluviosa!), no llegamos al té.
Quedará para la próxima visita. O mejor dicho próximas, ya que es muy complicado decidirse por uno sólo, la carta es extensa, y con blends muy tentadores.
Un lugarcito afrancesado, muy a mano para un día de paz y tranquilidad. Y super recomendable para tener en cuanta en invierno y llenarnos de té!
O para aprovechar los eventos que organizan e ir a probar de todo un poco!