Casa machi

Por Marcelogardinetti @marcegardinetti
UNA RECONSTRUCCION ACERTADA, UNA IRONIA URBANA Por Marcelo Gardinetti La casa Machi ubicada en Fukuyama, diseño del estudio de arquitectos Japoneses UID, plantea la resolución de temas recurrentes de la arquitectura japonesa y otros que bien podrían trasladarse a cualquier urbe densificada. Esta sumatoria de condicionantes de ubicación, tradición o formas de vida que debe vencer el diseño, permiten establecer juicios de valor sobre los aciertos o no en la toma de decisiones, sin dejar de reconocer que el diseño muestra una consistencia sin fisura sobre estas. Dejando de lado el programa funcional, dentro de las condicionantes que dieron forma al diseño podemos  destacar: La reconstrucción de una casa sobre un pequeño lote de solo 5 metros de ancho por 18 metros de largo. Un entorno de gran densidad y varios edificios en altura que impiden un buen asoleamiento sobre el terreno. Una pauta de tradición que exige la ubicación de un jardín interior en el centro de la vivienda. Bajo estas pautas, el jardín se convierte en el eje donde se articula el diseño de la vivienda. La antigua casa tenía un jardín central, criterio que se preserva como una forma de conectar el pasado y el presente. Este jardín toma las dos alturas de la vivienda, y esta cubierto por un lucernario que permite una iluminación cenital permanente sobre la vegetación y sobre el vestíbulo de acceso a la vivienda. Para resolver el problema del asoleamiento de la vivienda, generado por la cantidad de edificios en altura sobre el frente de la parcela, la cubierta fue diseñada como una serie de losas en franjas transversales que se colocan sucesivamente una más alta que la otra,  para permitir ubicar grandes rajas de vidrio entre estas, y obtener un ingreso constante de luz solar. Esta operación permite a la vez colocar aberturas en ambas caras verticales de los paños transparentes, para generar una corriente de aire que cruza todo el largo de la casa. Las dos habitaciones se ubican en el fondo de la vivienda, una encima de la otra, y ambas conectadas al jardín interior. Del otro lado del jardín, en la planta baja se encuentra el vestíbulo de acceso y en la planta alta las áreas sociales. En busca de una mayor privacidad y debido a la escasa luz natural que puede ganarse sobre la calle, la fachada esta conformada por un plano ciego que flota en el segundo nivel, omitiendo cualquier tipo de vanos y liberando todo el ancho de la planta baja de muros para la cochera y el acceso. Esta decisión bien puede plantearse como un mensaje que, con cierta y premeditada ironía, construye su propio espacio natural y evita ver una ciudad que parece no tener nada para mostrar.