Sí señor. El joven, pretencioso, masterizado y ultraderechoso líder ha decidido salir con su bandera a defender España por tierras europeas. Seguro que su Una, Grande y Libre será bien recibida por sus amigos europeos como Orban, Salvini o Lepen.
Este jovenzuelo de solidez nacionalcatólica, capaz de defender el imperio español con las cruzadas que sean necesarias, recuerda la gesta única y admirable, donde los Colón (por cierto italiano), Cortés, Pizarro y demás grandes personajes conquistaron América y sacrificaron todo.
Y, defiende como debe ser, esos gestos de generosidad, sus sacrificios y su legado: la lengua, la religión y la cultura (bueno también la sífilis, gripe, peste, tos ferina, lepra y otras). Y esto no lo puede olvidar el bueno de Casado. Las violaciones, las matanzas, las torturas y los robos, a manos llenas, son simplemente un mito. Mentiras que propagan los enemigos de España, españoles desnaturalizados, incapaces de ver la grandiosa obra de nuestros héroes.
Pues bien, entre los españoles falsos, los derrotistas, los perdedores, está la Izquierda de este país. Incapaces de ser españoles, de amar la tricolor, de emocionarse con el himno, de erizárseles el vello cuando ven a la cabra de la legión. Estos son sus peores enemigos.
Justo los que han conseguido el poder de forma miserable, ilegítima, con dos personajes que, aunque tengan nombre de apóstoles, están endemoniados. Estos son los verdaderos enemigos. Por eso, el gran Casado, el hombre masterizado, se ha visto obligado a ir a Europa a contar la verdad a otros leguleyos, para que no les engañen. Y es que ya se sabe, el progreso, la economía, el desarrollo sólo puede ser de derechas.
Aunque parece que no le van a hacer mucho caso. Así, de pronto, al propio presidente de la Comisión Europea, Juncker, le han parecido bien los presupuestos. Pero, Casado, hombre constante y martilleante, no se da por vencido y busca encontrar en Merkel y en otros líderes de la derecha la comprensión de lo obvio, él, sólo él, puede ser el puto amo de esta España, que desde hace cuatro meses anda desquiciada y perdida en lo más hondo.
Ante Merkel ha sacado la bandera, le ha cantado el himno, le ha rezado tres salves cual si fuera virgen, y le ha besado esas manos morcillosas poniéndose a sus pies. Todo para que no le abandone, para que le ayude a luchar contra el infiel, porque Sánchez, Iglesias y toda la izquierda española es pecadora, de por sí y de por no. Traidores a su patria. Resentidos, incapaces de sentirse españoles.
Sí, es verdad, ellos habrán aumentado la desigualdad económica, habrán ayudado a los poderosos, habrán creado la pobreza estructural, habrán subido todos los impuestos, habrán ayudado a los bancos y las grandes empresas, habrán amnistiado a los más ricos, habrán recibido sobres y beneficios dudosos, habrán robado, pero todo lo han hecho por España, cantando el himno y con la bandera en la pechera. ¡Y eso es lo que vale, coño! ¡Viva la marca España!
¡A ver si se entera Europa, de una puta vez!
Salud y República (con perdón)