Cascos blancos en Siria

Publicado el 20 diciembre 2016 por Globalhumanitaria @Ghumanitaria

Alepo , las últimas horas de la batalla.  A pesar de los llamamientos internacionales a la paz, a la creación de un corredor que protegiera la salida de civiles, miles de personas han vivido  atrapadas en el conflicto y han sido víctimas de los ataques a la ciudad. Millones se han visto obligadas a huir y lo han conseguido. Otras no.

Mientras se desarrolla la batalla (¿final?)  un grupo de voluntarios sirios se ocupa de rescatar y socorrer a civiles. Son la Defensa Civil Siria, los llamados cascos blancos, un grupo de más de 2.900 voluntarios que nació en el 2012 y que arriesgan su vida en esta labor. Se calcula que han salvado ya a más de 65.000 personas. Son estudiantes universitarios, obreros , mecánicos , hombres y mujeres de todos los estratos. 129 han muerto. Durante la guerra han trabajado en 119 centros  en las zonas fuera del control del régimen.

Según el Observatorio Sirio Para los Derechos Humanos, con sede en Londres, más de 290.000 personas han muerto desde 2011. En los últimos meses, es en Alepo donde la DCS ha concentrado sus esfuerzos. Donde los civiles han padecido una virulenta batalla

El régimen del presidente sirio, Bashar el Assad, ha presentado a los cascos blancos como terroristas que durante el día rescatan a civiles y por la noche combaten. Por eso éstos han pedido ayuda a la ONU porque temen  ser torturados y ejecutados si caen en manos del régimen de Assad .

Los voluntarios aunque vayan desarmados son una amenaza para el régimen de Assad, que parece querer destruir cualquier grupo mínimamente organizado que preste servicios e infraestructuras en zonas controladas por la oposición, la red de agua, la electricidad, los colegios y los mercados.Desafiando los convenios de Ginebra, se han atacado hospitales, depósitos de medicamentos y bancos de sangre.

Los cascos blancos declaran que no están afiliados a ningún gobierno o ONG y actúan cuestionados por medios rusos y sirios. También por algunos medios independientes, como la periodista Vanessa Beeley o el centro Global Research (con sede en Canadá) que les acusan de ser instrumento de propaganda antirrégimen y de connivencia con los yihadistas. Les acusan de hacer/ser una campaña publicitaria para justificar una intervención militar de EE.UU.

Por otro lado están quienes dicen que son la única defensa de la que disponen los civiles contra las bombas. La parlamentaria británica JoCox, asesinada en junio de este año, los nominó para el Premio Nobel de la Paz, manifestando que ” Cuando caen las bombas, la defensa civil siria acude inmediatamente. En el lugar más peligroso de la tierra, estos voluntarios desarmados arriesgan sus vidas para ayudar a cualquiera que lo necesite independientemente de su religión u opción política.”

Fuentes: elperiodico.com(bbcmundo/elpais